Las demandas que acusan a las empresas de contaminar el agua potable de Estados Unidos con sustancias químicas tóxicas llegaron a más de 11 mil millones de dólares en acuerdos en 2023, y los expertos predicen que las nuevas regulaciones y la creciente concientización sobre la contaminación en el país estimularán más litigios y convenios el próximo año.

Llamados químicos para siempre porque no se descomponen fácilmente en el cuerpo humano ni en el medio ambiente, las sustancias perfluoroalquílicas y polifluoroalquílicas (PFAS) son unos 15 mil componentes químicos que se utilizan en cientos de productos comerciales y de consumo, como espumas antincendios, sartenes antiadherentes, ropa antimanchas y cosméticos.

La Agencia de Protección del Medio Ambiente (EPA) de Estados Unidos ha tomado varias medidas en los años recientes para endurecer la normativa sobre PFAS, y califica estas sustancias químicas de problema urgente para la salud pública y el medio ambiente.

Empresas químicas como 3M, Chemours, Corteva y DuPont de Nemours se han enfrentado a miles de demandas en años recientes por supuesta contaminación con PFAS.

Muchos casos en los que se alega que los PFAS presentes en las espumas de extinción de incendios pulverizadas en aeropuertos y estaciones de bomberos de todo el país han contaminado el suministro de agua, se han consolidado en un litigio multidistrito en un tribunal federal de Carolina del Sur.

El litigio incluye demandas presentadas por empresas de suministro de agua que pretenden que las empresas paguen la limpieza de la contaminación por PFAS y querellas por daños presentadas de manera individual por personas que alegan que la exposición a los PFAS les ha provocado problemas de salud como cáncer, disfunción hormonal y colitis ulcerosa.

Otros litigios incluyen demandas colectivas de consumidores por productos que contienen PFAS, , de estados por daños medioambientales a la fauna y las vías fluviales y para obligar a las empresas a pagar la limpieza de PFAS en residuos que se han filtrado o vertido en aguas subterráneas y ríos desde plantas industriales y de fabricación.

La EPA ha declarado que se han encontrado PFAS en el medio ambiente de todo el mundo, y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades han descubierto que las sustancias químicas pueden estar en la sangre de 97 por ciento de estadunidenses, por lo que el posible número de demandantes podría ser enorme.

Los expertos jurídicos predicen que en 2024 se presentarán más demandas, incluidas más contra marcas de consumo cuyos productos contienen PFAS y más demandas por lesiones personales.