Xalapa, Ver., Es absurdo que nos digan que tenemos tránsito libre pero nos hagan caminar 57 días consecutivos bajo sol, agua, frío, lluvia y no nos permitan abordar un autobús o algún medio de transporte que autorice Migración para llegar a la frontera norte, reprochó Paulo Ballesteros Flores.

Él coordina una caravana integrada por más de 500 personas de países como Guatemala, Honduras, El Salvador, Honduras, Venezuela, Cuba y Haití que hace meses salieron de sus respectivas naciones y ayer llegaron al municipio veracruzano de Ixtaczoquitlán, en su camino hacia la frontera norte.

Los centroamericanos, caribeños y sudamericanos dejaron sus hogares por diversas razones, que van desde la inseguridad provocada por pandillas, y los actos de represión de gobiernos autoritarios hasta la falta de oportunidades o de empleo bien remunerado.

El 30 de octubre esta caravana migrante cruzó la frontera de Quetzaltenango, Guatemala, con Tapachula, Chiapas, y comenzó su travesía por territorio mexicano. En su periplo, han caminado bajo temperaturas extremas, lluvia, escaso acceso a alimentos y agua, que han mermado la salud de algunos de los extranjeros.

En su viaje por el sur del país han solicitado al gobierno federal que les permita rentar autobuses que los trasladen a la frontera con Estados Unidos, pero las autoridades les han impedido tomar esa alternativa y únicamente les permiten continuar caminando.

Es ilógico ver sufrir a tantos niños y mujeres y no poder hacer nada, cuando ellos (las autoridades) tienen la potestad para que podamos abordar un autobús o algún medio de transporte que nos lleve al norte, insistió Ballesteros Flores, desde el Parque del ejido Cuautlapan, junto al ingenio El Carmen, donde la caravana se detuvo a descansar.

Se espera que después de descansar algunas horas, el contingente, compuesto por 128 niños, 220 mujeres y 185 hombres, reanude su camino. Se prevé que arribe a Orizaba o algún otro municipio de la zona de las Altas Montañas, para pernoctar y después continuar su viaje.