El presidente Andrés Manuel López Obrador consideró que hubo una táctica dilatoria evidente de un sector en el Congreso de Guatemala para impedir la toma de posesión de Bernardo Arévalo.

Interrogado en la mañanera de ayer sobre las maniobras del llamado pacto de corruptos en el Congreso guatemalteco saliente para evitar la ceremonia de juramento del abanderado del Movimiento Semilla, el Ejecutivo mexicano celebró que al final todo se resolviera.

Creo que terminaron como a las 3 de la mañana de hoy (ayer). Eso sí, la gente muy contenta, pero con esta resistencia.

Y añadió: celebramos que se pasó esta prueba tan difícil y, la verdad, hasta penosa, porque no es posible que se lleve acabo una elección, gane el candidato con 20 puntos de ventaja y que empiecen a ponerle obstáculos para que no asuma el mandato del pueblo. Pero bueno, ya salió.

Remarcó que de acuerdo con la Constitución de Guatemala, en caso de que haya un vacío en el poder, el ejército tendría que tomar el mando, aunque estimó que si ese hubiera sido el caso, las fuerzas armadas habría otorgado de inmediato el mando al presidente legal, legítimo, al que eligió el pueblo de Guatemala.

El titular del Ejecutivo mexicano celebró la juramentación de Arévalo, sociólogo, ex diplomático y filósofo: ya es el presidente de nuestra hermana República de Guatemala. En efecto, somos vecinos, amigos y estamos muy contentos. Estuve pendiente hasta las 12 (de la noche), hasta poco después, cuando ya había rendido protesta.

Indicó que ayer mismo tendría una primera comunicación con el nuevo presidente guatemalteco y calculó que en breve podrían reunirse en persona, aunque aún no hay fecha.

“Nos vamos a encontrar seguramente, vamos a platicar (…) es buena la relación, nos vamos a apoyar mutuamente, y habrá cooperación”, concluyó.