Deleitan con un 11-2 sobre El Águila de Veracruz
Domingo 28 de enero de 2024, p. a11
El sueño de las mujeres peloteras cobró relieve y consistencia. Una nueva generación se profesionaliza en el deporte femenil con la naciente primera temporada de la Liga Mexicana de Softbol. Después de un par de partidos de visita, las jugadoras de Diablos Rojos por fin debutaron ante su afición en el Parque Universitario de Beisbol en la UNAM. Un comienzo aplastante de 11-2 sobre El Águila de Veracruz.
Hay una energía contagiosa en la primera campaña de la LMS. Una electricidad que se propa-ga y enciende los cuerpos. Algo que parece novedoso en la Ciudad de México, pero que en algunas regiones del país es algo cotidiano. En Baja California, Sinaloa, Sonora o Nuevo León las concentraciones de miles de mujeres que juegan con devoción esta modalidad del deporte del diamante es parte de su normalidad.
Diablos Rojos femenil tenía que probarse, palpar a su fanaticada que llena el estadio Alfredo Harp Helú en la Magdalena Mixiuhca. Ayer, en el Parque Universitario de Beisbol, las Escarlatas convocaron a la legión colorada que respondió fiel y agotó las mil 500 localida-des del recinto.
Afuera había revendedores, el boleto que costaba 100 pesos en taquilla ellos lo daban al doble, y apartadores de estacionamiento negociaban por un hueco en el asfalto y hacían señales con su trapito mágico. Los aficionados batallaron para llegar al estadio por los cierres en el circuito universitario, pero el instinto por la pelota los condujo con la exactitud de exploradores hasta el lugar adecuado donde en vez del azul y oro flameaba el escarlata.
En el softbol hay un ingrediente sexista inocultable. Las niñas juegan beisbol en equipos mixtos hasta que cumplen 12 años, entonces las mandan a esta versión del diamante. Es ahí cuando ellas se potencian en esta disciplina. Y no cabe duda que la afición tiene un fuerte soporte en las mujeres. Ellas animan, gritan al ampáyer y saben de este deporte. ¡Cántale, ampáyer!
, Te amamos, Steffy
, le gritan a Stefanía Aradillas, seleccionada y deportista popular, porque no sólo conocen las reglas del juego, sino también están familiarizadas con las peloteras.
La pizarra se abrió hasta la segunda entrada y fue por el poder de Ximena Guerrero. La jugado-ra de la Ciudad de México abrió la cuenta con un elevado que produjo el primer timbre y cuando estuvo en la antesala aprovechó un descuido rival y se arriesgó a robar el home con la locura de una iluminada. Ahí estaban las dos primeras de Diablos Rojos femenil y el inicio de una paliza inclemente sobre El Águila que apenas pudo anotar en dos ocasiones ante la aplanadora escarlata.
Steffy, la más querida por la afición en esta temporada naciente, regaló joyas de pelota. Bateó con poder y dirección; anotó y remolcó a dos compañeras con un triple en la cuarta entrada. Estuvo a la altura de su popularidad.
Era mucha la presión de ju-gar por primera vez en casa en una temporada que empieza
, dijo Aradillas; somos la primera generación de mujeres que se profesionalizan en este deporte. Hay una responsabilidad para que otras chicas lleguen y su camino sea menos complicado que el de nosotras
.