Miércoles 31 de enero de 2024, p. 28
San Salvador. Convertido en una de las figuras políticas más controversiales de América Latina por su publicitada lucha contra las pandillas y con una alta popularidad, el presidente salvadoreño, Nayib Bukele, se encamina a ganar la relección el próximo domingo.
Pese a las acusaciones de que su candidatura viola la Constitución y que busca perpetuar su proyecto autoritario, todos dan por sentado que Bukele ganará sin mayor problema las elecciones del 4 de febrero para continuar en el poder por otros cinco años.
La más reciente encuesta de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA), dirigida por jesuitas, da amplia ventaja a Nuevas Ideas, partido de Bukele. Según el sondeo, en una simulación usando una papeleta similar a la del 4 de febrero, 81.9 por ciento votaría por el partido oficialista, 4.2 por ciento por el izquierdista Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional y 3.4 por ciento por la ultraderechista Alianza Republicana Nacionalista.
Los cálculos del estudio de la UCA otorgan a Nuevas Ideas 57 de los 60 escaños del Congreso.
Bukele, quien se describe como el “dictador más cool del mundo”, ha transformado en menos de cinco años a El Salvador, de un país infame por su historial de asesinatos y pandillas, a una nación con una de las tasas de homicidios más bajas de América.
Su administración tiene a más de 2 por ciento de la población adulta del país tras las rejas y varios derechos constitucionales suprimidos, lo que llevó a sus críticos a calificarlo de autócrata moderno.
Pero los salvadoreños, que antes tenían prohibido ir a barrios controlados por pandillas, ahora pueden moverse libremente, abrir negocios sin pagar exorbitantes sumas de extorsión y jugar con sus hijos o sentarse con amigos en la calle después del atardecer.
Puede que estén divididos por la erosión de las libertades civiles, pero muchos aseguran que seguirán apoyando al controvertido mandatario.