Jueves 1º de febrero de 2024, p. 29
El Gobierno de la Ciudad de México mantiene frentes de obra en 64 de los 340 mercados públicos para mitigar, minimizar o desaparecer situaciones de riesgo, con lo que concluirá este año la atención a todos los que presentaban algún problema.
Durante la presentación del libro: Mercados públicos de la Ciudad de México, pasado, presente y futuro: Perspectivas desde la gestión integral de riesgos, la secretaria de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil, Myriam Urzúa, recordó que al comienzo de la administración el primer diagnóstico que se realizó de las condiciones de los mercados públicos arrojó que más de 50 por ciento estaban en alto riesgo y el resto en riesgo medio, ninguno en bajo.
La mayor problemática estaba en las instalaciones eléctricas y de gas, además de que se utilizaban tanques inapropiados; aunado a esto, 99 por ciento no tenía programa interno de protección civil, no contaba con extintores, rutas de evacuación ni puntos de reunión.
Comentó que en colaboración con la Comisión Federal de Electricidad se han retirado alrededor de 8 mil diablitos en todos los mercados, principalmente en los de Jamaica y Sonora.
Gabriel Leyva Martínez, director general de Abasto, Comercio y Distribución de la Secretaría de Desarrollo Económico, explicó que bajo la lógica neoliberal los mercados públicos, en los que trabajan todos los días unas 250 mil personas, eran considerados una carga, espacios que tenían que ser subsidiados y el recurso para su mantenimiento fue a cuentagotas.
Ante el estado en que se encontraban, la instrucción de la entonces jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, fue enfrentar el problema y en coordinación con Protección Civil se elaboró una estrategia para atender en orden de prioridad aquéllos con mayor riesgo.
Refirió que se intervinieron 26 mercados dañados por el sismo de 2017, algunos reconstruidos desde sus cimientos
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Ambos funcionarios coincidieron en que los mercados públicos, además de ser espacios de comercio, son un reflejo de la mexicanidad, de las tradiciones y punto de reunión y de diálogo, testigos del crecimiento y desarrollo de la ciudad y pieza clave para el futuro de la ciudad.