Sentencia inédita en Yucatán: colectivos
Durante su construcción se deforestaron sin autorización más de 68 hectáreas de selva: juzgado
Sábado 17 de febrero de 2024, p. 23
La Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) aseguró que no se otorgarán nuevos permisos para la actividad porcícola en Yucatán, luego de que un juzgado federal dejó sin efecto la autorización de impacto ambiental otorgada a la megagranja instalada en la comunidad maya de Homún.
Se trata de una sentencia inédita, afirmaron el colectivo Maya Kanan Ts’ono’ Ot y los Guardianes del Agua, quienes señalaron que el fallo del juzgado segundo de distrito de Yucatán se emitió luego de evaluar exhaustivos dictámenes periciales
que comprueban desde la violación sistemática
de derechos humanos hasta la contaminación ambiental y el incumplimiento de la consulta previa al pueblo maya, que establecen los acuerdos internacionales suscritos por México.
La megagranja que la empresa Papo (Producción Alimentaria Porcícola) construyó, pretende operar con alrededor de 49 mil cerdos; sin embargo, la evidencia científica demostró que ello afectaría el suelo de Homún, el cual presenta como una de sus características la imposibilidad de depurar aguas residuales o desactivar la toxicidad de los abonos orgánicos sólidos.
Las organizaciones informaron que dicha resolución señala que el gobierno de ese estado ha incurrido en reiteradas omisiones
administrativas que derivaron en la vulneración de derechos ambientales y comunitarios.
Además, apuntaron, la sentencia ordena la protección del anillo de cenotes ante cualquier autorización de impacto ambiental que pueda someterse a consideración de la Secretaría de Desarrollo Sustentable de Yucatán.
Las pruebas aportadas por el juzgado demostraron que durante la construcción de la megagranja se deforestaron sin autorización más de 68 hectáreas de selva mediana subcaducifolia, y que se omitió analizar de forma adecuada el impacto que la factoría generaría en el Anillo de Cenotes, indicaron.
El colectivo Kanan Ts’ono’ Ot puntualizó que otro aspecto no tomado en cuenta por la autorización ambiental ya retirada, fue la contaminación atmosférica que provocan las megagranjas porcícolas, altamente emisoras de ácido sulfhídrico y amoniaco, ambos compuestos capaces de perjudicar la salud de la población y los ecosistemas.
Recordó que tales afectaciones incluso son reconocidas por el gobierno federal a través de monitoreos y relevamientos técnicos y científicos elaborados por la Semarnat, quien emitió el dictamen diagnóstico ambiental de la actividad porcícola en Yucatán, en abril de 2023.