El título de Bev Vincent revela detalles inéditos del genio del terror
Domingo 18 de febrero de 2024, p. 5
Madrid. A principios de la década de los años 70, después de recibir numerosas cartas de rechazo y de ser ignorado sistemáticamente por las grandes editoriales, el escritor estadunidense Stephen King decidió tirar a la basura las primeras páginas de su novela Carrie; era una forma de expresar su renuncia a la escritura. Su esposa, Tabitha, rescató esas hojas de la bolsa de la basura, que estaban mezcladas con los restos de su dieta habitual de entonces: latas de cerveza, cocaína o cajas vacías de calmantes. Se las devolvió a King; fue entonces cuando se convenció a sí mismo de que podía dedicarse a la literatura, como así ocurrió, hasta convertirse en autor de 60 novelas, 200 cuentos y más de 500 millones de ejemplares vendidos a lo largo de su vida.
Ésta es sólo una de las muchas anécdotas que forman parte de la vida de King, que además se entremezclan con su obra literaria y fantástica, en la que evoca imágenes y secuencias de terror que lo han erigido como el máximo exponente en este género. Todas esas historias ahora son parte de la que se considera la obra definitiva sobre el universo de King, escrita por el experto en su obra, Bev Vincent, con el título Stephen King: Una gran celebración de la vida y la obra del gran maestro del terror (editorial Cúpula).
El rechazo y el accidente
Stephen King, nacido en Maine, Portland, en 1947, es uno de los autores con más seguidores en el mundo. Su vida personal, rodeada como sus obras literarias de misterios y enigmas, también forma parte de su magnetismo con las decenas de millones de personas que leen con devoción sus obras y están atentos a cualquier novedad que surja de su imaginación, casi siempre volcada hacia el terror y el suspenso. King es autor de algunas de las historias más terroríficas de la gran pantalla, como Carrie, El resplandor, It y Apocalipsis, entre otras.
Según ha podido constatar Vincent, quien además es su admirador, su amigo y una especie de biógrafo, todas las historias de King tienen una altísima vinculación de episodios que ha experimentado en carne propia y que forman parte de su vida. No sólo de esa que tuvo antes de ser un escritor de éxito, cuando sobrevivía con 6 mil dólares al año que le pagaba la escuela de Maine por dar clases y que combinaba con un trabajo en una lavandería industrial.
Por ejemplo, Vincent recuerda en su libro que en 1999 sufrió un brutal atropellamiento, al aparecer de un llamado Bryan Smith, quien había dejado de prestar atención a la carretera para mantener a su perro alejado de una nevera con carne cruda que llevaba en la parte trasera del coche. Ahí recuerda lo que dijo King: “Se me ocurre que casi me mata un personaje que podría haber salido en una de mis novelas.
Es casi gracioso”, pero Vincent añade que después del atropellamiento su rodilla estaba partida a la mitad y su cadera fracturada en dos sitios. Su columna vertebral se astillo en ocho lugares y acabó con cuatro costillas rotas. Encima de la clavícula lo tenía todo en carne viva, y necesitó 20 o 30 puntos de sutura para cerrar una laceración en el cuero cabelludo
.
El colofón de la historia es que meses después King compró por mil 500 dólares la misma camioneta que lo había atropellado y la destrozó con un mazo. En sus historias de esa época, incluso antes de su accidente real, hay varias secuencias parecidas.
El éxito
Los comienzos de King fueron bastante modestos: sus padres se divorciaron a una edad temprana, Stephen y su hermano, David, crecieron en la pobreza. Con su madre, Ruth, acabaron trasladándose al estado de Maine, en el noreste de Estados Unidos, donde posteriormente ambientó muchas de sus historias. Los relatos que escribía para revistas eran cada vez más largos: los artículos se convirtieron en cuentos, los cuentos en novelas. Pero con un intenso debate interior, al que se añadía una alta dependencia a la cocaína, el alcohol y los antidepresivos. Entre el material inédito que hay en el libro destacan, por ejemplo, un telegrama del editor Bill Thompson que le cambió la vida en 1974, que decía: “Bingo. Carrie es oficialmente un libro Doubleday. 2.500 dólares a cuenta de los derechos. Llama para que te dé detalles gloriosos. El futuro te espera”. Con esos 2 mil 500 dólares, King jubiló su viejo coche, un Buick, y se compró un Ford Pinto, el mismo que apareció años después en la película Cujo, libro que King apenas recuerda haber escrito, ya que en aquella época pasaba borracho la mayor parte del tiempo
, según relata Vincent.
En el libro se recuerda que en la basura de King había sobre todo latas de cerveza, colillas de cigarro, cocaína, cucharas para la coca manchadas de mocos y de sangre, calmantes, botellas de jarabe para la tos, antigripales y botellas de enjuague bucal. Según Vincent: “las revisiones de It fueron realizadas en un estado de aturdimiento propiciado por el alcohol y las drogas al final de los largos días de rodaje de La rebelión de las máquinas, que King escribió y dirigió”.
En cualquier caso, ese primer adelanto por Carrie permitieron a King dejar su trabajo y dedicarse a escribir a tiempo completo. Su trabajo era de profesor en la Academia Hampden en Maine, con un salario anual de 6 mil dólares, y que además laboraba en una lavandería industrial. El anticipo para su segunda novela fue de 250 mil dólares, El misterio de Salem’s Lot, en 1975. A partir de ahí empezó una carrera que lo convirtió en el autor de 60 novelas, 200 cuentos, más de 20 guiones y ensayos, medio centenar de adaptaciones al cine y la televisión y cerca de 500 millones de ejemplares vendidos.
En el libro de Vincent también se recuerda un detalle sobre su personaje Annie Wilkes, la fan carcelera de Misery: “Estos últimos años King ha hablado abiertamente de Annie como una metáfora de la cocaína y de él mismo como el escritor mascota: ‘Sabía sobre qué estaba escribiendo; nunca hubo ninguna duda. Annie era mi problema con la droga, y ella era mi fan número uno. Dios, nunca quería marcharse”.
Tanto Carrie como El resplandor se volvieron largometrajes a los pocos años de su lanzamiento editorial y pasaron a la historia del cine. La actuación de Sissy Spacek como Carrie y la interpretación de Jack Nicholson como Jack Torrance forman parte de la historia clásica del cine, aunque King no estuvo del todo satisfecho con la versión cinematográfica de El resplandor, según se recuerda en el libro, que consideró que los aspectos personales de la historia se quedan cortos y no se desarrollan lo suficiente.
Los inéditos
Vincent explica que “King creó un mercado emergente para la ficción de terror cuando no lo había, y lo hizo casi por sí solo. En parte, fue cuestión de estar en el sitio adecuado en el momento adecuado. Los lectores que habían sufrido los horrores de La semilla del diablo y El exorcista querían más. Y King se los dio”, pero además recuerda que no le importó que en los primeros años de su carrera e, incluso, cuando ya se había convertido en un fenómeno de masas, ni la crítica especializada ni los productores de cine de calidad le dieron su lugar como autor literario de calidad. De ahí que en su libro también se incorporen algunos documentos originales e inéditos, como las cartas de rechazo, los manuscritos originales de su columna King’s Garbage Truck en el Maine Campus, los relatos para Starling Mystery y Comics Review y las 150 mil palabras de la inédita Sword in the Darkness. Según el autor, la obra captura muchos de los hechos que han servido de inspiración para sus obras y usa sus novelas como una lente a través de la cual podemos observar su vida
. Incluso cita al propio King refiriéndose a sí mismo y a su condición de escritor: “Lo que propongo no es más que una intrusión de lo extraordinario en la vida ordinaria en cómo la afrontamos. En toda vida llegas a un punto en el que tienes que lidiar con algo que es inexplicable para ti. Si miras mis libros desde Carrie en adelante, lo que verás es una observación de la vida ordinaria de la clase media estadunidense tal como se vivía en el momento en el que se escribió ese libro”.