Lunes 19 de febrero de 2024, p. 9
Berlín. En la carrera por el Oso de Oro del Festival Internacional de Cine de Berlín, Berlinale, el alemán Matthias Glasner (1965) presentó el drama Morir (Sterben), título que genera curiosidad y distanciamiento, entre otras sensaciones.
Tal pareciera que Glasner realizó una especie de estudio sociológico de la estructura de muchas familias en Alemania en lo referente a la expresión afectiva entre padres e hijos y la inevitable situación que éstos enfrentan cuando los progenitores envejecen y son internados en un asilo de ancianos.
En conferencia de prensa, Glasner señaló que su película contiene una considerable cantidad de elementos autobiográficos y que su creación fue motivada luego del proceso sobre la muerte de sus padres.
Los 183 minutos en que se desarrolla el drama, están divididos de forma inteligente en capítulos que retratan a cada uno de los miembros de la familia y sus vidas. Los padres, ancianos, viven solos y el grado de deterioro que sufren es prácticamente ajeno a los dos hijos adultos.
El peso de la historia recae en gran medida en la madre, Lissy Lunies, interpretado por la experimentada actriz Corina Harfouch. El otro pilar de la cinta es el hijo, Tom, personificado por Lars Eidinger, uno de los mejores actores alemanes de su generación y multipremiado en su país.
Dramáticas escenas
Se ve al padre demente caminar por el vecindario semidesnudo y a la madre que no controla sus esfínteres, escenas con las que empieza el drama. La comunicación entre los miembros de la familia es prácticamente nula y la expresión de alguna muestra de cariño es simplemente algo que no existe entre ellos. El título de la película alude a una pieza compuesta por un amigo depresivo de Tom.
En Alemania, la cantidad de personas que llega cumplir 100 es sorprendente; las personas de la tercera edad toman medidas provisorias de financiamiento para su internamiento en una residencia.
Dependiendo del grado de cuidados que requiera el anciano, los sistemas de seguridad social determinan el cofinanciamiento del Estado.
El papel que en otras sociedades tiene algún miembro de la familia para el cuidado de los padres ancianos, en Alemania es llevado por instituciones en la mayoría de los casos. La atención de personas de la tercera edad en un asilo es de alrededor de 3 mil 500 dólares mensuales incluido el servicio médico.