El centro exhibe Todo empieza en un garabato // En marzo inaugura El no lugar // Ambas muestras celebran el centenario natal del promotor cultural
Martes 27 de febrero de 2024, p. 3
Egresado de la primera generación de la recién fundada Escuela Nacional de Arte Teatral, los inicios de escenógrafo de Antonio López Mancera (1924-1994) coincidieron con una época de gran producción escénica del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura.
Con motivo del centenario natal del también docente y funcionario, el Centro Nacional de las Artes (Cenart) prepara dos exposiciones en torno a su legado, iniciativa de la Biblioteca de las Artes, instancia que resguarda el Fondo Reservado Antonio López Mancera. A lo largo de su carrera de 40 años, el homenajeado se desenvolvió por igual en el teatro, la danza y la ópera.
La primera, Todo empieza con un garabato, es una muestra principalmente de bocetos que el homenajeado realizó para vestuario y escenografía, además de fotografía, expresa Armando González Rangel, director de la Biblioteca de las Artes. Se ha hecho, pues, una selección de las que se consideran algunas de las puestas en escena más representativas de su prolífica producción: Boris Goudonoff, Aída, La madrugada del panadero, El chueco, El rey Lear y La vida es sueño, entre alrededor de 20 obras.
El no lugar, la segunda exposición, es un proyecto interactivo inmersivo que gira en torno al trabajo realizado por López Mancera para la puesta en escena de la obra Fidelio, original de Ludwig van Beethoven. Incluye los trabajos de diseño, escenografía, iluminación y vestuario, así como las maquetas originales, indica Marcia Salas, subdirectora de Organización Documental.
La Biblioteca de las Artes cuenta con el Fondo Reservado Antonio López Mancera desde su apertura, en 1994. Originalmente, fue donado al Centro de Investigación Teatral Rodolfo Usigli.
La Escuela Nacional de Arte Teatral fue fundada el 15 de julio de 1946. Allí, López Mancera conoció al pintor y escenógrafo Julio Prieto, con quien trabajó una década, tiempo en el que adquirió conocimientos que desarrollaría y puliría
, apunta Salas. Prieto (1912-1977), por cierto, comenzó su carrera de escenógrafo en 1935, cuando el poeta y escritor Miguel N. Lira le encargó un primer trabajo para la obra teatral Vuelta a la tierra, presentada en el teatro Arbeu. El homenajeado también fue artista.
De acuerdo con Salas, la fluidez
en el diseño es una de las características que definen a López Mancera. Es decir, diseñar un vestuario que fluyera con los movimientos, ya sea del bailarín o del actor. Que fluyera también con la escenografía: A veces montaban unas que no iban de la mano con la puesta en escena o el guion. En las entrevistas que realizaban a López Mancera menciona que una de las razones por las que los artistas lo buscaban, sobre todo en danza, era debido a la compaginación que hacía entre escenografía, vestuario y libreto
.
La primera puesta en escena que realizó el homenajeado fue para la obra de danza La madrugada del panadero, suite de ballet compuesto por Rodolfo Halffter, mientras la primera para teatro fue Rosalba y los llaveros, ópera prima de Emilio Carballido.
López Mancera fue director del Festival Internacional Cervantino en los años 80. Las intenciones del par de exposiciones es, no obstante, abordar su trabajo de escenógrafo, no de promotor cultural, sobre todo porque ésta es la vertiente del Fondo Reservado, anota Salas.
Todo empieza con un garabato se exhibe desde el jueves pasado y hasta el 24 de marzo en el vestíbulo de la Biblioteca de las Artes, mientras El no lugar se podrá visitar del 6 de marzo al 7 de abril en la Galería de Arte Electrónico Manuel Felguérez del Centro Multimedia.
El 6 de marzo, a las 11 horas, en el salón de usos múltiples de la Biblioteca de las Artes se efectuará la charla El tiempo de Antonio López Mancera: 100 años, con los especialistas Silvia Ramírez, Socorro Merlín, Jovita Millán, Cristina Sausa y René Durón Espino. El Centro Nacional de las Artes se ubica en Río Churubusco 79, Country Club.