Sábado 23 de marzo de 2024, p. 23
Ocuilan, Méx., Decenas de pobladores de la comunidad de San Juan Atzingo, de este municipio limítrofe con el estado de Morelos, bloquearon la mañana de ayer, por más de cinco horas, la carretera federal Toluca-Cuernavaca en protesta por la tala clandestina que sigue deforestando el Gran Bosque de Agua, ubicado en esta región de la entidad.
Los vecinos manifestaron que de las 12 mil hectáreas que tenía la región boscosa ya sólo quedan 6 mil, pues la mitad ha sido deforestada por la tala inmoderada que ya ha generado impacto negativo en la región.
La protesta se realizó en el paraje conocido como Agua Bendita
, a escasos kilómetros de los límites con el municipio de Huitzilac, Morelos, y de las lagunas de Zempoala.
Denuncian deforestación desde hace más de 20 años
Desde hace más de 20 años, vecinos de Ocuilan han solicitado a las autoridades estatales y federales apoyo para detener la operación de grupos organizados que saquean diariamente madera de los bosques de esta zona.
Los lugareños estiman que cada día se talan entre 100 y 150 árboles, lo que ha dejado ya varios cerros sin follaje, y ha repercutido en la disminución de lluvias en la zona y en una menor captación de agua al subsuelo.
Las movilizaciones de pobladores también han provocado represalias de los grupos delincuenciales contra la gente de la región.
En mayo de 2007, un comando asesinó a Aldo Zamora, hijo del activista Idelfonso Zamora, quien durante los últimos años de su vida se dedicó a proteger los bosques de esa región.
Félix Alberto Linares, dos veces alcalde de Ocuilan, fue víctima de un atentado hace cuatro años, cuando sobre la carretera en la que hoy se realiza la protesta, escuchó el sonido de las motosierras y al orillarse sobre la carretera y descender del vehículo fue atacado a balazos pos sujetos que talaban los árboles en la zona.
En la movilización de ayer participaron hombres, mujeres, personas de la tercera edad, jóvenes y niños, quienes portaron cartulinas se leían consignas en defensa del bosque.
Representantes del gobierno federal y del estado acudieron a la zona para ofrecer a los vecinos de San Juan Atzingo instalar una mesa de diálogo a fin de atender sus demandas. Los inconformes indicaron que no quieren más mesas, sino la presencia permanente de las fuerzas federales para combatir la operación de grupos delictivos dedicados al saqueo de madera.