El embalse, prácticamente seco
Viernes 5 de abril de 2024, p. 26
Mineral Del Chico, Hgo., Frente a la casi extinta presa La Estanzuela, de la cual sólo quedan dos charcos verduzcos y malolientes con peces muertos, la médica tradicional Isabel Macotela, junto con habitantes del poblado del mismo nombre, realizó una ceremonia tradicional en agradecimiento a la Madre Tierra y para pedir agua.
La intención es manifestar nuestro agradecimiento por nuestras vidas, el alimento y el sustento a todo lo que nos provee nuestra Madre Naturaleza para que tengamos lluvias
, explicó la mujer a los cerca de 100 asistentes en el embalse, ubicado en las inmediaciones de la localidad.
La petición de poner fin a la sequía atrajo a integrantes de organizaciones de Querétaro y la Ciudad de México, entre ellas Madres de la Sabiduría.
Los participantes llevaron flores, frutos y semillas como maíz, garbanzo, frijol, calabaza al igual que plantas medicinales como manzanilla y albahaca, con las que hicieron una ofrenda o tlalmanalli dedicada a la Madre Tierra
.
El ritual, dijo Macotela, busca el restablecimiento del equilibrio de los cuatro elementos del Universo: agua, tierra, viento y fuego
.
Colocaron las ofrendas en un caracol como el que usaban los pueblos originarios para hacer música y que representa el viento; un incensario de barro para quemar copal, el cual simboliza el fuego; vasos y vasijas de barro, en alusión al agua, y semillas, en referencia a la tierra.
También instalaron recipientes con alimentos como atole, pan, vino, tamales, mole y arroz para que, según la médica tradicional, sean aprovechados por los animales que viven en las cercanías de la presa y que también sufren los estragos de la sequía
.
En una vieja estructura que marca la mitad de la presa, los asistentes se colocaron en círculo y cantaron plegarias al ritmo de un tambor de estilo prehispánico y del caracol.
En entrevista, Isabel Macotela explicó que la ceremonia se realizó a petición de uno de los vecinos de la comunidad, pero la plegaria fue colectiva
y sus alcances no se limita a la presa, sino que llega a todo el estado, el país y el mundo
.
Destacó que fue una ceremonia tradicional inspirada en las culturas del México prehispánico. Yo lo hago de acuerdo al conocimiento que he visto y he aprendido de las diferentes culturas, como la otomí, la mexica, la chichimeca, la purépecha y otras más
, relató.
Señaló que, por desgracia
, muchos de estos rituales ya no se practican en las comunidades originarias por considerar que se trata de brujería.
“Nos juzgan, nos tachan de brujos, hechiceros, chamanes y más cosas; pero es todo lo contrario, porque nuestra labor es por amor a la Madre Naturaleza, pues nos preocupa la humanidad, y sobre todo los seres vivos.
¿Cuántos animalitos, pajaritos lagartijas, han visto alterado su hábitat porque no hay agua, no hay flores ni hierbas con que se puedan alimentar?
, concluyó.