California. Policías armados irrumpieron en California en un invernadero ilegal de cannabis, mientras en Dinamarca fuerzas de seguridad desmantelaron puestos de venta de mariguana en un barrio de Copenhague. En contraste, Alemania legalizó el consumo de la cannabis recreativa, esta semana.

En pleno desierto de California, la policía eliminó 900 plantas clandestinas, en una de las tantas granjas que son un desafío constante para las autoridades del condado de San Bernardino, a las afueras Los Ángeles, que lidian con la violencia y los daños ambientales que causa la fiebre verde.

California legalizó la marihuana en 2016 bajo la premisa de que pondría fin al mercado paralelo. Sin embargo, las autoridades presenciaron desde entonces una proliferación de plantaciones ilegales. Yo diría que la explosión del mercado ilegal tiene mucho que ver con la tributación de la marihuana dice el sargento Chris Bassett.

Algunos de estos permisos, de estas licencias para cultivar, producir y distribuir, superan los 100 mil dólares, lo que le dificulta la entrada al mercado legal.

Mientras el mercado legal es lastrado por una avalancha de impuestos, con ventas estancadas en torno a 5 mil millones de dólares anuales, el sector clandestino prospera movilizando mucho más que eso, de acuerdo con expertos.

Las granjas proliferan en la región aprovechando su geografía de extensos bosques y desiertos. Y la expansión de las operaciones ilegales en estas pequeñas comunidades rurales trae consigo la violencia.

En enero, seis cadáveres fueron descubiertos en la región. Todos hombres, con heridas de bala, y cuatro con quemaduras. Las informaciones preliminares indican que el caso está relacionado con el cultivo ilegal de cannabis, indicó la comisaría local.

En tanto, en Dinamarca, la policía desmanteló este fin de semana los puestos de venta libre de cannabis de Christiania, un barrio del centro de Copenhague que fue libertario y jipi, pero ahora está asociado a la violencia del narcotráfico.

En agosto, los vecinos decidieron que una de las calles del barrio, llamada Pusher Street (calle de traficantes) y conocida por sus puestos de hachís, tenía que cerrarse después de un asesinato, el cuarto en tres años, que puso definitivamente fin a la imagen de comunidad pacífica. Pusher Street se deterioró convirtiéndose en un lugar muy poco agradable, los traficantes luchan entre sí y contra la gente, son violentos, lamenta ante la Afp Hulda Mader, portavoz de los habitantes.

La policía había destruido en varias ocasiones los puestos pero luego resurgían.

Alemania legaliza

En sentido contrario transita Alemania, donde el consumo recreativo de la marihuana es legal desde el 1º de abril. Una nueva ley permite a los mayores de 18 años, tener en casa hasta tres plantas.

La medida fue aprobada pese a una feroz oposición de políticos conservadores, asociaciones médicas y la policía preocupada por que aumenten los conflictos con ciudadanos bajo los efectos del enervante .

Alemania se une a los países con una de las legislaciones sobre cannabis más liberales de Europa, similar a las de Malta y Luxemburgo.