or fin el presidente Biden reaccionó a la presión de los congresistas de su partido haciendo un enérgico reclamo a Benjamin Netanyahu, primer ministro de Israel, para que tome medidas específicas y dé los pasos concretos en Gaza con el fin de evitar el sufrimiento de la población y proteger la vida de la población civil y de quienes la asisten en labores humanitarias
. La presión sobre Biden creció después de que el ejército israelí atacó un vehículo en el que viajaban miembros de la organización World Central Kitchen (WCK) matando a sus siete ocupantes. Dicha organización ha auxiliado con alimentos y ayuda humanitaria en todo el mundo en donde han existido conflictos armados y tragedias ambientales de diversa índole. En una dramática entrevista en la cadena ABC, el fundador y líder de WCK, José Andrés, expresó contundentemente su indignación. Aludió al ataque como criminal e irresponsable por parte del ejército comandado por Netanyahu.
El reclamo de Biden tuvo el efecto de disminuir la presión en su contra, pero varios legisladores de su partido exigen un mayor distanciamiento con Israel. Consideran que Netanyahu ha actuado irresponsablemente, ha cometido atrocidades y crímenes en contra de la población civil en Gaza. Inclusive, han exigido se cancele la venta de armamentos a esa nación. Hasta el pasado fin de semana no se conocía la respuesta de Netanyahu, por lo que el ambiente de tensión entre él y el presidente Biden aún subsiste.
Paralelamente, Donald Trump se refirió a la matanza de los miembros de WCK en forma tibia y ambigua, absteniéndose de emitir un juicio condenatorio a la actitud de Netanyahu, con quien ha dado claras muestras de alianza.
Por parte de la comunidad árabe en la Unión Americana, se esperaba una reacción que se reflejara en un apoyo al presidente. Sin embargo, aún no existen señales claras al respecto. En un programa de la cadena PBS se entrevistó a varios lideres de dicha comunidad. Sus respuestas fueron ambiguas en torno a la posibilidad de votar por los demócratas en las próximas elecciones, o abstenerse de hacerlo. Es pronto para saber cuál será el efecto de esta confrontación, pero al menos en seis estados, en los que los electores tienen una actitud cambiante con respecto al partido por el que votan, las encuestas siguen favoreciendo a Trump entre tres y cuatro puntos.
En opinión de varios observadores políticos, la duda en torno al apoyo al presidente por parte de la población de origen árabe y de quienes simpatizan con su causa, se deriva de su tibio y tardío reclamo al primer ministro israelí. A esa duda se suma la de otras comunidades: los reclamos de los latinos por la carestía de la vida y su errática conducción de la política migratoria. La de los negros, además, por la falta del apoyo que el presidente les había prometido para coartar la violencia policiaca en contra de ellos. En los tres casos aludidos, hay consecuencias y coincidencias que afectan la baja popularidad del presidente.
Por el lado de las aspiraciones y la popularidad de Trump, las cosas tampoco están del todo claras. Aún hay incertidumbre sobre la forma en que los juicios a los que se enfrentará, el primero de ellos el próximo 15 de abril en Nueva York, pudieran afectar su popularidad. Sobra decir que en un país en el que la racionalidad prevalece en la mayoría de sus ciudadanos no debiera existir esa incertidumbre, pero…