Martes 30 de abril de 2024, p. 3
Aunque no fue tema de conversación con su homólogo estadunidense, Joe Biden, porque no era trascendente, pues no es serio
, el presidente Andrés Manuel López Obrador volvió a cuestionar el informe del Departamento de Estado sobre los derechos humanos en México. Reprochó que mientras en su documento se cuestionan las críticas de su gobierno al Poder Judicial, este domingo por orden de un juez, (Rogelio León) se determinó liberar a Abraham Oseguera, hermano del cabecilla del cártel Jalisco Nueva Generación, Nemesio Oseguera.
Es como para mandarle decir a (Antony) Blinken, al Departamento de Estado: ¿En qué quedamos? Tú defendiendo a los jueces y mira lo que hacen. Por eso digo que no es serio. Y no es para pelearse, es nada más para aclarar paradas
, afirmó en su conferencia.
Más allá de la ironía hacia el titular del Departamento de Estado, López Obrador expresó su inquietud por la decisión judicial, pues un juez ordenó liberar a Abraham Oseguera, aunque todavía hay trámites que se están realizando porque no queremos actuar de manera precipitada, se trata de un asunto delicado
. Hay información que se requiere comprobar de que esta persona tiene antecedentes de haber estado en procesos legales en Estados Unidos.
Se cuestionó que detrás de este tipo de decisiones de un juez, se ponga en entredicho el prestigio del país a nivel internacional y pueda ser motivo de burla. Insistió en que el gobierno de Estados Unidos no es homogéneo, sino que existen diversas posturas porque por un lado va la Casa Blanca, por otro el Departamento de Estado, y otro el Departamento de Justicia o las agencias.
Recordó que las agencias estadunidenses (en especial la antidrogas) están molestas porque ya no pueden hacer lo quieran en México como antes, añoran los tiempos del gobierno de Calderón, cuando se llegó al acuerdo de enviar personal de la Secretaría de Marina a formarse a Estados Unidos, se formaron en el Comando Norte, un grupo de élite para combatir el narcotráfico bajo la dirección de la DEA, y desde la embajada de Estados Unidos se les ordenaba a los marinos mexicanos lo que tenían que hacer.
Atribuyó a la irritación de la DEA la difusión del nuevo libro de la periodista Anabel Hernández, La historia secreta, al que calificó de ser un compendio de mentiras con propósitos políticos, pero que no les ha funcionado. “Como ya no les funciona operar como antes se han dedicado a tirar lodo, a querer llenarnos de fango.
“¿Cómo te explica que salga el libro en estos días, a un mes de la elección? ¿Es casualidad? Es que ahora con el calor nos da más por la lectura. No hay una sola prueba, es pura calumnia, puras mentiras. ¿De dónde saca toda esa retacería de mentiras? Las agencias de Estados Unidos. Ojalá informen, porque dijeron: ‘Sí, fue una investigación que se abrió en 2006, pero ya se cerró ¿quién ordenó hacer esa investigación? ¿Y por qué se meten?”