Buenos Aires. En el Mundial de México 1986, Diego Armando Maradona recibió el Balón de Oro al ser elegido el mejor jugador de la Copa como capitán de Argentina. Aquel torneo es probablemente más recordado por sus goles contra Inglaterra, en los cuartos de final, que por todos los minutos que estuvo en el campo. En un estadio Azteca colmado de personas que lo querían ver, El Pelusa convirtió la victoria sobre los ingleses en un inesperado relato que lo tuvo todo, incluidas dos jugadas con nombre propio: La mano de Dios y El gol del siglo.

Como un alquimista, Maradona fusionó todo un Mundial en 90 minutos inolvidables. Después, marcó los dos goles en la victoria contra Bélgica en semifinales y Argentina ganó una emocionante final por 3-2 contra Alemania Federal. De manera honorífica, dado que hasta mediados de los años 90 se otorgaba sólo a jugadores europeos, el astro de la Albiceleste logró este galardón y lo puso dentro de un cofre en un banco de Nápoles. Pero en 1989, según la revista France Football, un grupo de asaltantes pertenecientes a la mafia lo robaron.

El Diez intentó encontrarlo, pero con los años terminó resignándose. Fue hasta el 28 de enero de 2016 que un ex galerista fanático de las subastas, el franco-argenti-no Abdelhamid B, reportó su hallazgo y validó su autenticidad, siendo publicada la noticia el pasado 6 de mayo por L’Equipe. La casa de subastas Aguttes, en París, anunció ayer que el trofeo saldrá a la venta y, aunque su valor aún está por confirmarse, espera que alcance cifras millonarias el 6 de junio.

La ley francesa considera a Abdelhamid B dueño del Balón de Oro, pues argumenta que lo adquirió de buena fe, sin saber que había sido robado. Además, sus legítimos dueños (los herederos de Diego Maradona) no lo han reclamado en un plazo de tres años desde que fue vendido. Por tanto, el coleccionador tiene la puerta abierta para embolsarse una fortuna.

Asimismo, la camiseta con el número 10 que vistió El Pelusa cuan-do marcó los goles ante Inglaterra, La mano de Dios y El gol del siglo, en cuartos de final de México 1986, fue ofrecida en mayo de 2022 por Sotheby’s, alcanzando un valor de 8.4 millones de euros. Esta cantidad supuso un récord para cualquier artículo vendido anteriormente por la casa de subastas.