El Gran Premio Histórico de Mónaco rememoró el sentimentalismo del pasado. Fue como observar retratos del ayer. Esta emotividad se respiró en las calles elegantes del principado con los cientos de vehículos antiguos de diferentes épocas de la Fórmula Uno, que compitieron ayer en uno de los circuitos más míticos del serial.

Ahí, la alemana Claudia Hurtgen destacó con doble podio: un primer lugar con el Ferrari 246, fabricado en 1960, y un segundo puesto en la categoría reservada a los deportivos con motor de 1952 a 1957.

Dos años después de haberse coronado en este trazado, Hurtgen volvió a dominar este escenario.

De carrocería tubular de aluminio y neumáticos delgados, el Ferrari 246, con un alcance de hasta 276 caballos de fuerza, fue muy superior a sus perseguidores con una estela de 20 segundos. Una auténtica muestra de su velocidad.

Este modelo, desarrollado por el propio hijo de Enzo Ferrari, Alfredo Dino Ferrari, fue el último coche con motor delantero en ganar un Gran Premio en 1960.

Luego de aquella temporada, la F1 atravesó un cambio en el acomodado del motor; de la parte delantera pasaron a ser montados en medio del vehículo, una modificación que representó mayor aceleración y manejabilidad.

Este monoplaza, de los más representativos de la escudería, ayer quedó por arriba de Marino Franchitti, el hermano de Darío Franchitti, tres veces ganador de las 500 Millas de Indianápolis, con un Maserati 250F, y de Anthony Wood (Tec-Mec).

Esta vez con un Maserati 300 S, Claudia Hurtgen minutos después llegó segunda para redondear una tarde de ensueño en el mismo pavimento en el que decidió ponerle fin a su carrera en competencias de autos de una sola plaza a causa de un accidente que sufrió en 1993 y que le causó lesiones en las manos. Esta carrera fue conquistada por el británico Max Smith-Hilliard (Lotus MK X).

En la categoría D, en la que el mexicano Adrián Fernández no pudo continuar con su homenaje a su compatriota Pedro Rodríguez debido a una avería en el BMR, el primer lugar quedó en manos del japonés Katsuaki Kubota (Lotus 72).

En la modalidad de autos fabricados antes de la guerra, el canadiense Paddins Dowling hizo todo lo necesario para mantener la pole position y cruzar la meta primero con su ERA R5B de 1936. Es un privilegio conducir aquí, en estos coches, incluso si tengo mucho menos talento que los pilotos que corrieron aquí antes de la guerra, manifestó.

La escudería británica, ya de-saparecida, consiguió incluso un doblete, en un combate con Brad Baker y el ERA R10B que le perteneció al ex baterista de Pink Floyd, Nick Mason, durante 25 años.

Lotus, la marca británica, se llevó la tarde con tres victorias en las series D, E y C.