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Terminó con su control mental, afirma

La caída de Munguía quebró todos sus planes ante Canelo: Terrible Morales
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▲ El pasado 4 de mayo, durante la pelea entre ambos boxeadores, Canelo conectó en el cuarto round un potente gancho a Munguía que lo mandó a la lona.Foto Ap
 
Periódico La Jornada
Miércoles 29 de mayo de 2024, p. a12

Cuando un boxeador cae en el cuadrilátero pone a prueba su mente. Jaime Munguía se quebró cuando fue derribado por Saúl Canelo Álvarez el 4 de mayo en Las Vegas. Lo cuenta Érik Morales, quien trabajó por cuatro años como entrenador del joven tijuanense, derrotado por el campeón indiscutido de peso supermediano. Después de tres episodios asombrosos, el joven retador fue conectado con un poderoso gancho del pelirrojo que lo mandó a la lona.

Ese golpe apagó el ímpetu con el que Munguía había afrontado los primeros rounds. De parecer insolente y hasta implacable, el Terrible describe que se convirtió en una versión insegura, como si tuviera un temor de que el compromiso o la magnitud de lo que estaba en juego, cuatro títulos de peso supermediano y la proyección mundial, se le escaparan de las manos.

Creo que sufrió eso que llaman el síndrome del impostor. Esa desconfianza en uno mismo cuando se pregunta si uno está a la altura del reto, señala el cuatro veces campeón del mundo y quien entrenó a Munguía hasta 2023.

Cuando eres monarca por primera vez te lo preguntas y dudas en tu primera defensa si estás ahí porque tienes habilidades o todo ha sido un golpe de suerte. Pero son las victorias las que hacen que te confirmes y ganes seguridad, agrega.

Los tres primeros episodios le dieron la confianza que necesitaba el tijuanense. Incluso le faltó al respeto al campeón –especula Morales–, pero apenas tuvo oportunidad, Canelo le impuso su autoridad.

Fue como un papá severo que pone en su lugar a un hijo desobediente. Le puso un estate quieto que surtió el efecto que buscaba: aplacar esa energía y las ganas con las que salió Jaime, relata Morales.

No todos los boxeadores saben asimilar un golpe que los pone a tambalear, los manda a la lona, o la sangre que mana de una herida en la ceja o el pómulo. El Terrible Morales lo recuerda muy claro, porque la primera vez que visitó el suelo fue cuando ya tenía demasiada experiencia, por eso supo guardar la calma.

Un golpe que te pone en aprietos, digamos uno que te hace tambalear las piernas o cuando ves todo desde el suelo, eso puede hacer que pierdas el control mental, que te falle todo lo que habías planeado, explica el Terrible.

Surge un miedo, pero no es una cobardía a pelear o a que te golpeen, sino a no estar a la altura del reto, de estar frente a un compromi-so demasiado grande y que se te va ir de las manos esa gran oportunidad por la que tanto luchaste. A no dar el ancho. Y eso de verdad que da miedo si no estás bien preparado y apoyado por tu equipo.

Cuando critican al Canelo por la selección de sus rivales, se le acusa de estudiar muy bien a sus posibles oponentes, siempre con la seguridad de no arriesgar demasiado y de saber cuál es el punto débil del adversario hipotético. Una apuesta en las que las posibilidades de perder son casi nulas.

“Eddy Reynoso y todo el equipo, el promotor y el Canelo, analizan muy bien a sus posibles adversarios. Los estudian a profundidad y cuando los eligen preparan una estrategia muy precisa. Siempre con la seguridad de que van a ganar, aunque como sabemos en el boxeo puede pasar lo contrario.

“Si vemos la pelea, nos vamos a dar cuenta que Canelo no hizo nada extraordinario. No dio una pelea donde apabullara a Jaime o que lo tuviera al borde del nocaut. Salvo la caída, ganó con el mínimo esfuerzo y creo que desde el principio apostaron a que Munguía no tenía la misma experiencia de Saúl y les salió bien la estrategia. Para ganarle a Saúl se necesita un trabajo más fuerte del retador y de un equipo que lo apoye y le diga las palabras adecuadas. Esas que a mi parecer no le dijeron a Jaime”, concluye el Terrible Morales.