Sociedad y Justicia
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En el primer semestre se reportaron 6 mil 700

Capacita la Marina a pilotos en el combate de incendios forestales
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▲ Operación de helibaldes que pueden transportar hasta 2 mil 500 litros de agua.Foto Germán Canseco
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Periódico La Jornada
Sábado 29 de junio de 2024, p. 31

Veracruz, Ver., En el primer semestre de este año se han registrado más de 6 mil 700 incendios forestales en el país, afectando 862 mil hectáreas. Para combatir estos siniestros, la Secretaría de Marina Armada de México (Semar) capacita a pilotos aeronavales en la operación de helibaldes con los que se pueden transportar en cada vuelo un máximo de 2 mil 500 litros de agua que se vierten de manera directa en la zona afectada.

En cada maniobra, las tripulaciones sobrevuelan a unos 40 metros de las llamas y con temperaturas que superan los 45 grados centígrados dentro de la aeronave.

La principal escuela de instrucción se localiza en la base Aeronaval de Veracruz, donde se adaptan los helicópteros con bolsas denominadas Bambi Bucket.

El capitán Francisco Patiño Heredia, maestro capacitador de tripulaciones, afirmó que no cualquier piloto puede realizar estas operaciones, pues cada aeronave, en este caso el helicópteros MI-17 de fabricación rusa, además del peso de la tripulación, los pasajeros y el combustible, tiene que conocer los retos que implican trasladar las bolsas que contienen un máximo de 2 mil 500 litros de agua.

“Se requiere un entrenamiento específico. Lo que necesitamos de los pilotos y las tripulaciones que hacen el curso es que tengan experiencia en vuelos con carga máxima, porque el helicóptero lleva un peso mayor al que estamos acostumbrados.

“También se exige que sepan lo que es aterrizar y despegar en zonas de montaña y de difícil acceso o confinadas; además de ello, que conozcan cómo se trabaja en áreas con agua, porque el Bambi Bucket se recarga en ríos, lagunas, el mar o de tinas colapsables que proporciona la Comisión Nacional Forestal (Conafor) ”, explicó Patiño Heredia.

Los cursos tienen una duración de dos semanas y se dividen en dos fases, la primera de ellas de tipo teórico; la segunda es práctica, con sobrevuelos y cargas de agua en la Laguna de Mandinga, así como ascensos a la montaña en la zona de Xalapa.

Los equipos son entrenados por un grupo especializado que encabezan el capitán Pedro Luis Angelito Sánchez y el teniente Luis Alberto Roquet García, ya que cada componente, la operación del Bambi Bu-cket y de la aeronave, constituyen desafíos en los que se debe considerar el medio ambiente, la capacidad de carga, la distancia entre el punto del incendio y de recarga de agua; ademas de los requerimientos de cada tipo de siniestro, pues explicaron que algunos son de tipo superficial, a los que se les denomina de copa, y también los hay subterráneos. Cada uno tiene sus necesidades específicas para extinguirlos.

El teniente Florentino Hernández Laguna, mecánico de aviación e ingeniero de vuelo, así como maestro de carga, es uno de los hombres de mayor experiencia en el combate a incendios forestales de la Semar.

Refirió que tiene una carrera de más de 20 años institución, de ellos más de un tercio se ha desempeñado como bombero naval. Consideró que la conflagración de mayor exigencia, por las condiciones del terreno, la combatió con cientos de hombres de otras instituciones en la reserva de la Biósfera de Sian Ka’an, en Quintana Roo, que en 2021 tuvo una duración de más de 12 días.

“Trabajamos con y en apoyo de autoridades de la Conafor y de Protección Civil. Es como un ajedrez combatir los incendios forestales, pues hay que considerar que durante las operaciones los vientos son cambiantes, hay lugares donde en apariencia fácilmente se apagan los incendios, pero al rato ya se reiniciaron. En cada sitio hay que aplicar técnicas que nos indican: si hay que entrar de frente, de costado, o se debe hacer una descarga concentrada que consiste en parar el helicóptero completamente y soltar la carga como si fuera un balde sobre un punto de incendio, o definir si se debe hacer dispersión del agua.

Hay ocasiones en que las operaciones se realizan a unos 40 metros sobre el nivel del incendio, la intención es saber responder en caso de un imprevisto. Entre otras dificultades está que dentro de las aeronaves se llegan a registran temperaturas que van de los 40 a los 45 grados centígrados y dependiendo de las condiciones climatológicas se trabaja hasta 12 horas continuas para un incendio.