Cutzamala De Pinzón, Gro., Cinco núcleos agrarios de este municipio, ubicado en la Tierra Caliente de Guerrero, demandan a la Comisión Nacional del Agua (Conagua) el pago de más de mil millones de pesos por las casi 4 mil hectáreas de su propiedad que resultaron afectadas por la construcción de la presa El Gallo en 1998.

Entrevistados en las instalaciones del embalse –que inundó 3 mil 900 hectáreas de cinco ejidos de Guerrero y uno de Michoacán–, Rufino Gahona de la Torre, del ejido Arroyo Grande, que representa a más de 300 ejidatarios, y Pablo Espinosa Gurrustieta, líder de 60 campesinos del ejido Amilpillas, pidieron la intervención del mandatario Andrés Manuel López Obrador y de la virtual presidenta electa Claudia Sheinbaum Pardo para resolver este problema, que de tan añejo, muchos compañeros ya murieron de viejos, quedamos más de la mitad, que seguimos luchando.

El asesor Fernando Jaimes Ferrel dijo que, en el caso de los más de 300 ejidatarios de Arroyo Grande, la Conagua no les ha pagado nada, se comprometió a construirles un sistema de riego, pero no lo hizo. La dependencia les dijo que bombear el agua le saldría muy caro. En materia agraria, en esta zona de uso común no prescribe la acción (porque) no son tierras parceladas, que sí prescriben en 10 años, aquí son de todos, la Conagua tiene que pagarles.

Jaimes Ferrel explicó que a los campesinos les pagaron solo los bienes distintos a la tierra, como son casas, árboles frutales, huertas, pero de manera incorrecta, porque la Conagua les dio 62 lotes para construir sus casas a un costado de la presa, pero no sirven los terrenos, se hunden las viviendas.

Pablo Espinosa, quien estuvo preso seis meses por exigir sus derechos, recordó que el entonces alcalde Isidro Duarte firmó un convenió por 21 millones de pesos, pero se los llevó, nos iban a dar 4 millones de pesos, pero sólo fueron 10 mil pesos a cada uno de los más 300 pescadores; dijo que a cada afectado nos haría una obra, pero se los chingó.

Somos 62 ejidatarios, nos dieron los terrenos para casas, pero no nos pagaron las tierras anegadas. Esta casa la hizo mi mamá, pero se cuarteó, la demolieron y la Conagua la volvió a hacer, pero acabándola de colar se echó a perder, se ve que no está compactada, esto es desde 1998.

Antes de que se inundara, en el poblado de Amilpillas se sembraba sandía, melón, maíz, frijol; se hizo la presa, pero no nos benefició, al contrario, nos perjudicó.

A los campesinos de Amilpillas los obligaron a convertirse en pescadores y a realizar otras actividades. Una señora recibió 50 mil pesos sólo una vez, pero construir una nueva casa le costó 250 mil de ese tiempo.

Dijeron que nos harían una brecha de 20 kilómetros para sembrar las tierras que no fueron inundadas, pero sólo hicieron cinco, nos comentaron que ya no la harían porque cada kilómetro costaba un millón de pesos. Pedimos que hicieran un cálculo de la cosecha, porque no podíamos entrar a nuestras tierras. En 2001 nos dieron a 56 ejidatarios 50 mil pesos a cada uno, pero sólo un año. Han pasado 23 años, y el dinero vale más.