La Paz., Miles de trabajadores, mineros, profesores, legisladores, indígenas y campesinos marcharon ayer para expresar su apoyo al presidente boliviano, Luis Arce, y en repudio al fallido golpe de Estado de hace dos semanas.

¡Lucho, no estás solo!, gritaron los simpatizantes del mandatario durante el trayecto de 9 kilómetros desde la ciudad de El Alto hasta la sede de gobierno en el centro de La Paz, en la Gran Marcha Concentración Nacional en Defensa de la Democracia, la Unidad y el Futuro de Bolivia.

Lucio Quispe, dirigente de la confederación campesina, declaró que el pueblo boliviano no permitirá que se le arrebate la democracia. Los hermanos han llegado de diferentes departamentos para marchar hasta la Plaza Murillo. Vamos a defender la democracia, nuestros votos y la Constitución, afirmó.

Los golpistas tienen que escuchar desde aquí, desde Plaza Murillo, que el pueblo boliviano no va a dejarlos pasar, sostuvo Arce a sus seguidores durante un discurso frente al Palacio Quemado, la sede de la presidencia.

Siempre detrás de un golpe de Estado hay intereses económicos y siempre en nuestro país hemos tenido que enfrentar asonadas por querernos arrebatar nuestros recursos naturales, añadió el mandatario.

Un total de 22 militares y civiles están encarcelados por la intentona golpista del 26 de junio, encabezada por el entonces comandante del Ejército, Juan José Zúñiga.

Estos hechos profundizaron la lucha entre el ex presidente Evo Morales y Arce, por el control del aparato partidario y la candidatura oficialista a las elecciones del próximo año en el país con poco más de 12.2 millones de habitantes. Sólo uno de ellos podrá postularse por ese partido.

Esta semana, simpatizantes de cada uno de los aspirantes referidos protagonizaron un choque callejero durante una aparición pública de Morales en una reunión de líderes políticos convocada por el Tribunal Supremo Electoral, para acordar una hoja de ruta hacia los comicios. Ayer, los seguidores de Arce cuestionaron a Morales y lo acusaron de intentar desestabilizar al gobierno.

Morales calificó la revuelta militar de “show” y autogolpe organizado para levantar la popularidad del mandatario. Arce acusó al ex mandatario de electoralizar al país de manera prematura y rechazó las conjeturas de Morales, de las que dijo que sólo buscan sembrar dudas por intereses personales.

La comunidad internacional manifestó su apoyo al mandatario, y el propio presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva visitó Bolivia esta semana para respaldarlo. En contraparte, el gobernante argentino, Javier Milei, calificó de falsa denuncia de golpe Estado lo que provocó una tensión diplomática con Buenos Aires.

A la coyuntura política boliviana se suma un deterioro de la economía con escasez de combustible y alzas en el costo de vida, que alimentan las protestas sociales contra Arce.