En sus cajas arte-objeto, el artista Juan Carlos Jaurena (CDMX, 1964) encierra una amplia gama de sentimientos que van desde los afectos, la amistad, la memoria y la nostalgia hasta su postura contra el patriarcado. Son objetos y símbolos identificables según las vivencias del espectador.

Con el nombre Un hombre sueña que otros hombres sueñan, Jaurena exhibe en la galería Aguafuerte 20 cajas arte-objeto realizadas en los pasados tres años. El título viene de una de las piezas incluidas en la muestra que, a su parecer, engloba la idea general. Además, gran parte de su obra se acerca al surrealismo.

El expositor trabaja el arte-objeto en forma de cajas desde los inicios de su carrera. Egresado de la Escuela de Iniciación Artística 4 del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura, a finales de los años 80, ingresó al Sindicato del Terror, grupo de performance: Roberto Escobar, el líder del grupo, nos ponía a hacer ejercicios, entre ellos, crear arte objeto. De inmediato me enganché, casi abandoné la pintura; tomé las cajas, los ensamblajes tridimensionales y el libro-objeto.

La caja equivale a un contenedor que le permite integrar objetos prexistentes, que no necesariamente fueron fabricados para que los utilizara un artista, aunque Jaurena los integra de manera plástica a las ideas y conceptos que desea tratar en cada mundo personal y emotivo que crea: “El arte-objeto me permite combinar objetos con algún simbolismo.

“Aparte de la familia, está muy presente la figura masculina, que, en cierta medida, es mi alter ego, aunque también representa la búsqueda de la figura paterna, porque mis padres se divorciaron cuando tenía 10 años. Trabajar en el arte-objeto me permite explorar cualquier tema. El objeto mismo refuerza la idea.”

▲ Una de las 20 cajas arte-objeto que integran la muestra Un hombre sueña que otros hombres sueñan, de Juan Carlos Jaurena, que se exhibe en la galería Aguafuerte.Foto cortesía del artista

Una moda

En sus inicios, el artista echó mano de todo lo que había en su casa: Antes de los 20 años vivía solo en la casa familiar. Mis hermanas, al casarse, dejaron infinidad de objetos que empleé en mis primeras piezas. Luego, éstos se acabaron; sin embargo, quise seguir con los temas que apuntaban al pasado. Los mercados de viejo fueron una gran fuente para surtirme. Hoy por hoy debo conocer más de 10 mercados de ese tipo en la Ciudad de México. Cada que puedo los visito. A veces busco un objeto específico, en otras voy con la idea de encontrar algo que me servirá más adelante en alguna caja o ensamblaje tridimensional.

Jaurena vivió “la última parte de la moda de las cajas en México, porque soy de una generación posterior a la que, por ejemplo, le tocó vivir a Adolfo Patiño, muy conocido por sus piezas. Hubo otros como Ricardo Anguía, quien, junto con Patiño, fue una gran influencia para mí en mis primeros años.

Recuerdo que muchos se metieron en el asunto de las cajas, no obstante, como pasa con las modas, sólo quedan los que tienen el interés en seguir con esta disciplina, mientras los demás regresaron a lo que hacían antes: pintar al óleo, dibujar o hacer grabado. Además, era difícil que el artista encontrara un estilo propio, pues las obras empezaron a parecerse entre sí.

Reconoce que las cajas tienen algo en contra: ocupan más espacio que un cuadro.

Un hombre sueña que otros hombres sueñan, de Juan Carlos Jaurena, cierra este domingo en la galería Aguafuerte (Guanajuato 118, colonia Roma).