Un colectivo de juristas, encabezados por Rafael Estrada Michel, ex director del Instituto de la Judicatura Federal (IJF), y César Alejandro Ruiz Jiménez, director ejecutivo de la Fundación Aguirre, Azuela, Chávez, Jáuregui Pro Derechos Humanos, llamaron a que en la reforma del sector se cuide en todo momento el equilibrio de poderes.

Para Ruiz Jiménez, quien también es ex asesor de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, aquellos que realizan el delicado trabajo de juzgar en todo momento deben tener claro que no tienen por qué agradar a nadie, mucho menos a aquellos que lo votaron, porque su única obligación es encontrar la solución más justa en el marco del orden constitucional.

En tanto, al afirmar que toda reforma que pretenda incidir en un mayor, eficiente y eficaz acceso a la justicia debe ser bienvenida, Estrada Michel expuso que en el derecho siempre hay complejidad, contexto e interpretación, además de que no hay normalmente casos fáciles y en los asuntos que se desenvuelven en los tribunales siempre se llega más de una posición encontrada y discutible que requiere largas horas de estudio y reflexión.

Agregó que no es posible hacer del juez una boca flaca, inerte y robótica de la voluntad legislativa, ya que resultaría reduccionista y empobrecedor.

También advirtió que someter a quien juzga a pesquisas que partan de la sospecha de que sus pensamientos delinquen, terminará por excluir a los audaces y someter a los cobardes. Consideró que en ambos casos la división de poderes quedaría dañada y la imparcialidad judicial se tornaría imposible, mientras el acceso a la justicia quedará como uno más de nuestros seculares anhelos inacabados.

El colectivo concluyó que no hay razón para tolerar los excesos voluntaristas y politizados de una judicatura mal formada e inexperta.