La marcha atlética es junto con los clavados y el boxeo una de las disciplinas que más medallas olímpicas le han dado a México. Sin embargo, a pesar de presumir una historia de grandes victorias y 11 preseas en justas veraniegas, desde hace un par de décadas transita por un túnel desde el que no parece verse la luz, por lo que el panorama rumbo a París 2024 no es del todo alentador.

Desde la plata de Noé Hernández en Sydney 2000, la caminata varonil está ausente del podio olímpico y los tiempos actuales de los seleccionados no auguran una pronta salida del bache.

Andrés Olivas (27) y José Luis Doctor (28) son los mejor ubicados en el ranking mundial a más de dos minutos de distancia de los punteros, mientras en la rama femenil, Alegna González ocupa un esperanzador quinto sitio que la coloca como una promesa de medalla en los Juegos parisinos.

Tras la presea de Hernández tuvieron que pasar 16 años para que la disciplina lograra otro metal, conseguido por Guadalupe González en Río 2016. Desde entonces, México dejó de sonar como candidato a subir al podio en justas veraniegas.

Sin continuidad

Jerzy Hausleber, Padre de la marcha, fue el último entrenador en alcanzar resultados exitosos en la disciplina. El polaco contribuyó a la conquista de nueve medallas olímpicas (tres oros, cuatro pla-tas y dos bronces) y 118 preseas en competencias internacionales. Ni siquiera su alumno, el doble medallista Raúl González en su faceta de entrenador, ha conseguido acercarse a lo conseguido por su mentor.

Quienes fueron alumnos de Hausleber siguieron su propio camino y algunos se dedicaron a entrenar sin mucho éxito. Atletas como Pedro Aroche, Juan Hernández, Miguel Ángel Sánchez, Adrián Navarro, Rubén Arikado e Ignacio Zamudio, entre otros, se separaron del polaco por lo que la idea de formar la Escuela Mexicana de Caminata se frustró.

Entre Ever Palma y Alegna González hay una diferencia de siete años. Sus inicios en la caminata se dieron a más de mil kilómetros de distancia y, sin embargo, la originaria de Chihuahua y el de Michoacán competirán juntos por México el próximo 7 de agosto.

▲ Palma y González participarán en la debutante prueba de maratón de marcha relevos mixtos.Foto @ever.palma

Los andarines serán una de las 25 parejas que participarán en la debutante prueba de maratón de marcha relevos mixtos en París; especialidad envuelta en la polémica y en la que México tiene esperanza de medalla.

Decidí aferrarme al sueño de ser olímpico. Mi compañera tiene una gran trayectoria a pesar de ser muy joven y yo tengo experiencia; creo que son tangibles las posibilidades de subir al podio, comentó Palma, quien vivirá sus terceros Juegos en París, mientras su pareja representará al país por segunda ocasión.

El quinto lugar obtenido en Tokio me da confianza de estar entre las mejores. Para esta edición me siento más preparada, claro que tengo margen de mejora, pe-ro ahora soy una marchista más experimentada y completa.

En la prueba, cada andarín completará un poco más de 10 kilómetros en solitario en dos tandas diferentes. El orden dicta que saldrá un hombre, continuará una mujer, se dará el relevo de nuevo al hombre y finalizará con la marchista. La distancia total será de 42.195 kilómetros, al igual que el maratón.

Es un reto mental aguantar las pausas, porque no estamos acostumbrados a parar. Hay que preparar el cuerpo para que no se resienta y también la mente para enfrentar la presión, compartió Palma.

El circuito se ubicará en la Torre Eiffel y cada relevista deberá dar dos vueltas.

En competencias anteriores ya demostramos que estamos entre los mejores. Esperemos que para México sea debut con medalla.

La dupla tricolor tiene química. Lo demostraron en el Mundial por equipos, donde se ubicaron en la cuarta posición.

Antes, González competirá en la prueba individual, por lo que el descanso será fundamental para que la andarina llegue en buen momento.

Ella tiene una excelente condición, estoy seguro de que puede con el reto, porque es muy joven y tiene todas las ganas de hacerlo bien en ambas pruebas, expresó Palma.

La inclusión de la prueba fue cuestionada por algunos atletas por la falta de tiempo para su preparación. La competencia fue anunciada apenas 14 meses antes de la justa.