La desaparición de migrantes es una situación insostenible, pues entre 2014 y 2023 se han registrado por lo menos 51 mil personas en esta condición a nivel mundial, mientras en el continente americano son más de 9 mil 500 migrantes las que han muerto o desaparecido, aseguraron representantes de organismos internacionales.

A pesar de estas alarmantes estadísticas no se tienen datos exactos debido a la falta de registros sistematizados de los estados y a los desafíos en la gestión de la información para el intercambio a escala nacional y con otros países de la región, lo que ha dificultado la búsqueda, identificación e investigación, sostuvo Andrés Sánchez, representante adjunto de la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos en América Central y el Caribe.

En el contexto de una revisión al Mecanismo de Apoyo Exterior de Búsqueda e Investigación (Maebi), manifestó que es una realidad apabullante y que estas personas desaparecen por distintos motivos.

Además, la falta de canales para una migración segura y regular aumenta la exposición de las personas a las redes de crimen organizado, al tráfico y trata de personas, y con ello al riesgo de perder la vida o incluso ser víctimas de desaparición forzada en las fronteras y en las rutas migratorias.

Por su parte, Fundación para la Justicia presentó el estudio de análisis del Maebi –puesto en práctica desde 2016–; advirtió que este mecanismo ha posibilitado la presentación de denuncias de familiares de migrantes desaparecidos en territorio mexicano, desde sus lugares de origen, y ha facilitado el contacto con las autoridades mexicanas, en particular, agentes del Ministerio Público de la Fiscalía General de la República. Sin embargo, todavía no se ven reflejados en resultados.

Laurence Pantin, directora ejecutiva de la fundación, expuso que de 124 casos que la organización ha acompañado desde 2016 en Guatemala, Honduras y El Salvador, apenas 20 víctimas han sido localizadas, la mitad de ellas con vida (ocho en Estados Unidos y dos en Río Bravo, Tamaulipas).

En el estudio, realizado con la asistencia técnica y el financiamiento de la ONU-DH América Central y el Caribe, también se identificó que los familiares de víctimas que no cuentan con representación o acompañamiento de un colectivo y organización tienen dificultades para acceder al mecanismo.

Asimismo, apuntó que se detectaron dificultades para que las personas puedan obtener en México visas para participar en diligencias de búsqueda e investigación o en recibir apoyo por parte de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas.

Juana González de León, en representación de los comités de familiares de personas migrantes fallecidas y desaparecidas de Centroamérica y México, urgió a que el Maebi sea una puerta de acceso para quienes sospechan tener a un ser querido en esa condición en territorio mexicano y que sus lineamientos sean claros en coordinación con consulados para evitar trámites que pueden ser revictimizantes.