Miércoles 24 de julio de 2024, p. 15
Las acciones de salud dirigidas a las mujeres han estado muy focalizadas en su función reproductiva, señaló Nadine Gasman, presidenta del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), quien expuso que tradicionalmente existe una ceguera o miopía en relación con las especificidades de las mujeres en salud tanto en lo que respecta en los diagnósticos y tratamientos como en la investigación
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En el conversatorio Igualdad de género, salud e información para la toma de decisiones, sostuvo que hace falta cuestionar más las diferencias físicas, sicológicas y sociales que determinan la salud de las mujeres
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Se deben fortalecer los sistemas de información con datos desagregados, no sólo por edad y sexo, sino por nivel geográfico y por grupos de atención prioritaria: mujeres indígenas, afromexicanas y rurales, y esto se logra incluyendo la perspectiva de género con una visión integral del ciclo de vida, identificando los roles y estereotipos de género y la división sexual del trabajo
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Ruy López Ridaura, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud de la Secretaría de Salud, expuso la necesidad de tener políticas cada vez más justas, que se desprendan no sólo de la información, sino también desde un componente ideológico de justicia y de cerrar brechas. No sólo falta información, sino también voluntad política para cerrar esas brechas
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Señaló que para generar políticas públicas se requiere un análisis de las inequidades que padecen personas y poblaciones vulnerables, como migrantes, indígenas y grupos de orientación y diversidad sexual.
Es necesario, indicó, asegurar que los resultados del análisis se integren en un solo núcleo de inteligencia a través del Servicio Nacional de Salud Pública, cuyo propósito es fortalecer las acciones de salud colectiva, mediante la articulación eficiente de políticas, programas, acciones de vigilancia y control de los determinantes sociales que mejoren el bienestar de las personas.
Graciela Márquez, presidenta del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, habló de los aportes de la Cuenta Satélite del Sector Salud, que mide la producción de bienes y servicios relativos a la prevención, rehabilitación y atención de la salud incluido el trabajo no remunerado.
Dicha cuenta reporta que en 2022 el sector salud representó 5.1 por ciento del PIB nacional; de ese total el sector público representó dos por ciento y el privado fluctuó en torno a otro 2 por ciento, y el trabajo no remunerado en el cuidado de la salud alcanzó 0.8 por ciento.
Moni Pizani, representante de ONU Mujeres en México, refirió que la discriminación de género limita el acceso a la salud y predispone a mayores afectaciones en la materia. Dijo que generar evidencia y mejorar la producción de estadísticas, indicadores y análisis es fundamental para el sustento de políticas que incorporen una visión de interdependencia de los derechos humanos de las mujeres y niñas, como es el caso del derecho a la salud y el derecho al cuidado.