La falta de mantenimiento integral del arbolado de la Ciudad de México, podas excesivas, plagas y los cortes de raíz ocasionan que cada año durante la temporada de lluvias decenas caigan, aseguró el maestro Francisco Arjona Gómez, del Laboratorio de Arboricultura de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), unidad Azcapotzalco.

En entrevista, el también ingeniero ambiental acusó que la falta de manejo en el arbolado es una situación histórica en la capital, que nunca ha sucedido, sin importar el gobierno en turno o el partido político, ya que no existe una visión en la que valga la pena invertir y muchas veces no se tiene la capacidad económica ni el personal capacitado para realizar dichas labores.

Señaló que en temporada de lluvias hay una tendencia a que haya más árboles derribados porque el suelo se reblandece, los ejemplares que caen son regularmente muy grandes, con mucho peso en la copa, pueden ser ficus, jacarandas, eucaliptos o a veces fresnos.

A esto se suman las malas prácticas, como la sobrepoda, que provoca que en el árbol no haya un equilibrio. La poda que realizan continuamente lo único que hace es que la copa quede más arriba y no se recomienda porque los desestabiliza, necesitan tener follaje en prácticamente todo su cuerpo para resistir los vientos, entonces cuando se les quita, todo el peso se concentra hacia arriba y es más probable que caiga con los vientos fuertes o cuando el suelo está reblandecido por las precipitaciones .

Otra situación que los pone en riesgo es que para realizar obras de reparación en banquetas les cortan las raíces, por lo que quedan inestables, por ello, debe estar presente personal que dictamine y supervise la obra.El árbol tal vez no se caiga de inmediato, pero son heridas abiertas, en las que pueden entrar hongos e ir pudriendo las raíces y madera, entonces en unos años ese ejemplar corre el riesgo de desprenderse.

Dijo que como medida precautoria para prevenir algún accidente, especialistas deberán revisar las condiciones en que se encuentran.

En teoría las alcaldías tienen dictaminadores, también hay externos y deberían evaluar los árboles que presenten riesgos de caer, como son los ejemplares considerados muertos, plagados con muérdago y muy probablemente los grandes.

De acuerdo con el gobierno capitalino, la semana pasada se reportaron al menos 29 arboles caídos por las lluvias y las ráfagas de viento.