Sábado 10 de agosto de 2024, p. 2
Hace 30 años, el primero de abril de 1994, se hizo un hallazgo extraordinario en las ruinas de Palenque, Chiapas, de un sarcófago de piedra con una osamenta color carmesí debido al mineral cinabrio que la recubría. Se le denominó la Reina Roja.
La arqueóloga Fanny López Jiménez, en ese entonces de 24 años, descubrió en el templo XIII la cámara con los restos humanos, piezas de jade, piedras y conchas de mar. El ajuar funerario, con más de mil 300 años de antigüedad, consistía de siete piezas: una máscara, una diadema, un collar, un pectoral, un tocado, una concha y una estatuilla.
Las investigaciones de expertos del Instituto Nacional de Antropología e Historia concluyeron que la misteriosa mujer era Tz’ak-b’u Ajaw, consorte de Pakal y madre de dos gobernantes de la región. En la parte inferior del tórax y sujeto al pectoral presentaba un medallón con la representación del dios Sol, que fueron signos de su pertenencia de la realeza de la antigua urbe maya.