Con una declaratoria en contra de los megaproyectos que han representado el despojo y desplazamiento de los pueblos y de lo que consideran la pesadilla neoliberal que se extendió en este gobierno de la mano de la militarización y el crimen organizado, ayer concluyó la quinta Asamblea Nacional por el Agua, la Vida y el Territorio, la cual se realizó afuera de la sede del Instituto Nacional de Pueblos Indígenas, con la participación de 200 delegados del Congreso Nacional Indígena.

Ahí se informó que el inmueble continuará ocupado por la comunidad de otomíes que vive en la Ciudad de México. Los asistentes reivindicaron añejas demandas, empezando por la exigencia de justicia en el asesinato de Samir Flores, ocurrido en febrero de 2019, cuando apenas habían pasado unos meses desde el comienzo de la actual administración.

Sin mencionar de manera directa al presidente Andrés Manuel López Obrador, cuestionaron los proyectos que llevó adelante: el proyecto integral Morelos, el Tren Interoceánico del Istmo, el Tren Maya y el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, entre otros.

Indicaron que el Plan Puebla Panamá, posteriormente denominado Proyecto Mesoamérica, cambió en el actual gobierno a otros que llevan el apellido Bienestar y ocultan el despojo, desplazamiento, destrucción y muerte de las comunidades.

Durante los dos días que duró la asamblea, participaron organizaciones y representantes de comunidades de varios estados de la República, donde se han registrado hechos que violan los derechos humanos de sus habitantes en beneficio de empresas mineras, cerveceras y otras.

Resaltaron que la lucha por el agua, la vida y los territorios deben seguir mientras los que gobiernan, lo hagan para los de arriba y reclamaron que a las luchas añejas se han sumado otras surgidas en este sexenio. Luchar por la vida es luchar contra el capitalismo porque tener techo es un derecho.

Respecto de los negocios que abusan con la explotación del agua, advirtieron no es sequía, es saqueo.

También señalaron que los despojos de que han sido víctimas continuarán con el segundo piso de la Cuarta Transformación. En la declaración, los participantes afirmaron que es un segundo piso construido sobre los de abajo.

En un primer mensaje al término de la asamblea, advirtieron sobre el riesgo de división en las comunidades, provocada por el gobierno que ofrece dinero e intenta romper desde adentro, porque sólo dividiendo puede imponer muerte y destrucción.

La tarea, acordaron los participantes, es tejernos en comunidad, como hermanos, como hijos que pertenecemos a la gran madre Tierra. En la declaración se resaltó la convicción de los pueblos de que ante la muerte decidimos vivir, por eso nos organizamos.

Entre las acciones futuras, la quinta asamblea anunció su participación en el Congreso Nacional Indígena, que se realizará del 10 al 12 de octubre en contra de los megaproyectos y gasoductos, así como el 26 de septiembre en el décimo aniversario de la desaparición de los estudiantes normalistas de Ayotzinapa.