Zacatecas, Zac., El nombre de la Escuela Normal Rural General Matías Ramos Santos, en la comunidad de San Marcos, municipio de Loreto, quedó inscrito ayer con letras doradas en el Muro de Honor del Congreso local, antes del 3 de septiembre, cuando se cumplen 91 años de su fundación.

En una ceremonia protocolaria del periodo extraordinario de la 64 Legislatura se hizo un recuento crítico de la lucha por sobrevivir como modelo educativo del normalismo rural en México, y fueron recordados los 43 estudiantes de Ayotzinapa desaparecidos hace casi 10 años.

Los diputados normalistas egresados de San Marcos, Armando Delgadillo y José Luis Figueroa, leyeron el dictamen y el acuerdo que justificó la colocación del nombre de la institución educativa en letras doradas en el Muro de Honor del Congreso.

El maestro Ruperto Ortiz Gámez, quien tuvo como mentor en San Macos a José Santos Valdez –figura central del normalismo rural mexicano–, opinó que se trata de un reconocimiento a una institución que ya se acerca a sus 100 años de existencia y por sus miles de egresados es una obra que merecía el reconocimiento del Congreso.

Interrogado sobre el embate contra las normales en el que se les estigmatizó y atacó desde el régimen político, acusándolas de ser escuelas de comunistas o formadoras de guerrilleros, expuso que los maestros rurales tienen una mística especial, y un perfil que los hace combativos frente a las desigualdades sociales, y por eso se suman, hombro con hombro, con los campesinos.

Los normalistas tienen una inquietud de querer que México sea un país más justo, donde haya más democracia, se acaben las tremendas desigualdades sociales que seguimos viviendo en pleno 2024, porque hay los muy ricos y los muy pobres, y eso genera inquietudes en los profesores, señaló.

Sobre la narrativa oficialista en la que se acusaba a las normales de formar guerrilleros, Hallier Morales Dueñas, docente de San Marcos y dirigente de la Asociación Nacional de Estudiantes sanmarqueños, planteó que aquel discurso fue utilizado por el gobierno, con el que se atacó a estas instituciones al punto de naturalizar su desaparición

Recordó: “La misma Elba Esther Gordillo señalaba que había que convertirlas en ‘escuelas de turismo’, y esto va mucho de la mano de los gobiernos panistas después de la reforma que Enrique Peña Nieto promovió, que básicamente planteaba que cualquiera puede ser maestro en México, y por lo tanto la formación normalista sufrió un revés”.

Aún en la actualidad, el gobierno federal y muchos estatales continúan con la narrativa hostil, de ser escuelas onerosas, que sus egresados se convertirán en violentos revolucionarios. Y el efecto inmediato de los ataques al normalismo rural, desde la reforma educativa de Peña Nieto, fue una baja tremenda de la matrícula, que persiste hasta ahora.

El profesor José de Jesús González Palacios, director de la normal de San Marcos, señaló que a pesar de el enorme problema que aún enfrenta este sistema educativo, en el país tenemos mucho músculo en el tema del normalismo rural. Creo que la presidenta electa, Claudia Sheinbaum, es una mujer de izquierda; creo que es más de esa línea de todos los de arrancaron con ese movimiento social de la Cuarta Transformación; creo que le va a apostar mucho al tema educativo.

Ella nace en la cuna de la investigación, de la lucha social que es la UNAM, y hay mucha identidad entre las universidades públicas, las normales rurales, los politécnicos, y esto viene a construir este trabajo colaborativo, dijo González Palacios.

Las letras doradas son un acto de justicia socia y política para la normal de San Marcos, destacó.

De la normal se han graduado unos 6 mil maestros que han dado clases a escuelas de este y otros estados. En la actualidad la matrícula es de 580 alumnos y 56 docentes. Algunos egresados han sido gobernadores, senadores, y alcaldes.