Chalco. Méx., Al cumplirse un mes de la emergencia sanitaria en Chalco, donde varias colonias permanecieron entre aguas negras, lodo y basura, por el colapso del viejo colector Solidaridad, ayer sólo cuatro calles de la llamada zona cero continuaban anegadas.

Sin embargo, los problemas para los habitantes no terminan, pues seguirán las labores de limpieza para recuperar sus viviendas y escuelas. Aunado a esto deberán invertir en la compra de enseres domésticos y muebles, en espera de que las autoridades cumplan con el apoyo prometido.

Los damnificados de las colonias Jacalones y Culturas de México habían perdido la esperanza de una solución a la tragedia, pero a pesar de todo, tras 30 días intentan retomar sus actividades cotidianas.

Ayer por fin empezó a ceder el nivel del líquido estancado en algunas calles y viviendas de la zona cero. Los habitantes de estas dos comunidades populares de Chalco pudieron caminar por las vías en las que sólo era posible transitar a bordo de lanchas, vehículos anfibios de la policía estatal y camiones todo terreno del Ejército y la Marina.

No obstante, la contingencia continúa en cuatro calles transversales a las avenidas Dos de Marzo, Chalchihueitlicue y Solidaridad, al igual que en un número no cuantificado de casas que se ubican en ese sitio, en la parte más baja de una cuneta que se formó por los asentamientos diferenciales del suelo en lo que históricamente fueron los terrenos del lago de Chalco.

Durante la mañana del sábado los afectados lavaron el lodo de varias vialidades, desinfectaron sus cuartos y casas; mientras, las amas de casa, con botas de hule, acudieron a los sitios habilitados para la entrega de canastas alimentarias.

Los habitantes de las calles Cempoaltecas y Yaquis recibieron ayuda el viernes y ayer empezaron las labores de limpieza y desinfección de recámaras, sala-comedor, cocina y otras estancias de sus inmuebles.

Alejandro Bautista, vecino de Cempoaltecas, quien ya pudo comenzar a lavar su propiedad, mostró a La Jornada las huellas del nivel que alcanzaron las aguas pestilentes en ésta. Más de un metro de altura en el patio y 80 centímetros dentro de su vivienda. Por supuesto, casi todo lo perdió.

Abraham González, residente de la calle Yaquis, relató que por cuatro semanas el agua le llegó a los hombros. Ahora, el reto es continuar los trabajos para que estas localidades se recuperen y a la par pueda iniciar el ciclo escolar en las 22 escuelas de nivel básico donde fue necesario posponerlo.

El pasado 1º de agosto una intensa lluvia cayó en ese municipio, al siguiente día, el agua continuaba ahí, había colapsado el viejo colector Solidaridad cuya falla estructural y tres taponamientos de basura ocasionaron la inundación de aguas negras que ha afectado este mes a más de tres mil 600 habitantes de 600 viviendas en un radio de más de 20 manzanas.