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Balance de 6 años
Pemex revirtió la caída de la producción; queda pendiente la soberanía energética
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▲ El director general de Petróleros Mexicanos, Octavio Romero Oropeza, visita en el litoral de Tabasco la plataforma autoelevable Gulf Driller VI, para revisar el avance en la perforación del pozo exploratorio Kathal-1EXP.Foto Pemex
 
Periódico La Jornada
Viernes 27 de septiembre de 2024, p. 19

La administración del presidente Andrés Manuel López Obrador marcó la diferencia en la gestión de Petróleos Mexicanos (Pemex). En contraste con otros gobiernos, respaldó a la petrolera para reflotarla, aunque se quedó corta en algunos de los objetivos fijados, señalaron especialistas.

El sexenio que está por concluir marca una diferencia respecto a otros por el interés que el Presidente mostró en la empresa estatal, aseguró Arturo Carranza, especialista en energía.

Frente al desdén de otros mandatarios, López Obrador tomó decisiones importantes en Pemex, subrayó.

El director general de la petrolera, Octavio Romero Oropeza, reconoció en declaraciones recientes que la empresa estatal recibió un apoyo como jamás se había visto.

La actual administración federal se propuso rescatar a la empresa estatal para lograr la soberanía energética, para lo cual era necesario aumentar la producción de crudo a 2 millones de barriles diarios, cantidad suficiente para producir gasolinas, diésel y otros energéticos, pero también reducir las importaciones.

Para lo anterior era necesario contar con reservas de petróleo crudo equivalente, es decir, la cantidad de hidrocarburos con mayor posibilidad de ser recuperables comercialmente.

A la fecha Pemex tiene reservas probadas, o 1P, por 7 mil 500 millones de barriles de petróleo crudo equivalente. El dato destaca porque tras seis años la petrolera cuenta con más de 100 por ciento de reservas, con lo que superó la tendencia bajista, ya que entre 2009 y 2011 Pemex no contaba con reservas suficientes.

Estabilización

Datos de la empresa revelan que se ha revertido la caída de la producción. En 2004, extraía cerca de 3.4 millones de barriles diarios, a inicios de 2019 sólo producía un millón 642 mil barriles. Al final de este sexenio el promedio será de un millón 800 mil barriles diarios de hidrocarburos líquidos, que contempla crudo más condensados. No obstante, no alcanzó la meta de los 2 millones de barriles diarios.

Carranza comentó que en la evaluación del mandato de López Obrador deberá incorporar también la imposibilidad de su gobierno de concretar las metas de producción de petróleo y de combustibles automotores.

Romero Oropeza ha reconocido en diversas ocasiones que de haber continuado la tendencia bajista en la producción, en 2024, Pemex sólo produciría 300 mil barriles diarios.

De acuerdo con Fabio Barbosa, académico de la Facultad de Investigaciones Económicas de la UNAM, la producción petrolera en México viene desplomándose desde hace 20 años y esa declinación es irreversible.

Mientras en el gobierno de Enrique Peña Nieto se apostó por la exploración y desarrollo en aguas profundas –lo cual se tradujo en un gasto de miles de millones de dólares sin lograr el aumento de producción, según ha reconocido la petrolera–, en la actual administración se redireccionó la inversión a cuencas terrestres y a las aguas someras.

En seis años se desarrollaron 54 campos nuevos, de los cuales 31 son marinos y 23 terrestres. El dato también marca una diferencia, pues en la pasada administración sólo fueron ocho campos.

El sexenio que está por concluir se distinguió por un respaldo sin precedente a Pemex, destacó Carranza.

Otro cambio se observó en el Sistema Nacional de Refinación (SNR). En diciembre de 2018, las seis refinerías (Cadereyta, Madero, Minatitlán, Salamanca, Tula y Salina Cruz) procesaban 511 mil barriles diarios, en el primer semestre de 2024 procesaron casi un millón de barriles diarios, debido a que el gobierno federal invirtió en la rehabilitación de las plantas, algo que no se hizo en otras administraciones.

Además, el gobierno que está por concluir adquirió por 594 millones de dólares, en 2022, la refinería Deer Park en Houston, Texas. A la par se construyó la Refinería Olmeca, ubicada en el municipio de Paraíso, Tabasco, la cual comenzó a elaborar combustibles en agosto pasado. Esta es la primera planta de proceso de crudo que se construye en el país en casi 40 años.

Mientras en diciembre de 2018 Pemex compraba 927 mil barriles de gasolinas, al finalizar septiembre de este año se prevé que sólo sean 84 mil barriles diarios.

Con la reforma energética impulsada por el gobierno de Enrique Peña Nieto la empresa estatal perdió mercado. Existían 12 mil 500 estaciones de servicio con la marca Pemex, se necesitaban en el país 25 mil. No obstante, por la reglamentación sólo 6 mil se quedaron operando con la marca estatal.

Reducción de deuda

Desde la parte financiera, se capitalizó a Pemex con asignaciones directas y con la reducción a la carga fiscal, reconoció Carranza.

Uno de los principales apoyos para Pemex fue reducir la carga impositiva, pues esto impedía que la empresa estatal cumpliera con otras obligaciones y tuviera que buscar financiamiento.

El derecho por la utilidad compartida (DUC), un gravamen relativo a la extracción de crudo, se redujo. La tasa pasó de 65 por ciento en 2019 a 58 por ciento, para luego llegar a 40 por ciento en 2023 y este año a 30 por ciento.

La deuda de la empresa se redujo en la actual administración. Mientras en 2018 era de 105 mil millones de dólares, hasta la primera mitad de 2024 se ubicó en 99 mil millones de dólares.

Pese a lo anterior, la empresa estatal ha destacado que sigue siendo el mayor contribuyente, pues ha aportado 3 billones 128 mil millones de pesos a la Federación.