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Demasiado optimista el tipo de cambio pronosticado para 2025
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▲ La paridad del rublo ruso se ha desplomado por las sanciones occidentales ante el conflicto en Ucrania.Foto Afp
 
Periódico La Jornada
Domingo 24 de noviembre de 2024, p. 13

En la estimación que presentó el gobierno sobre el tipo de cambio en el paquete económico de 2025 ‘hay cierto optimismo’ y es difícil de alcanzar, afirmaron analistas económicos.

El tipo de cambio se estimó en 18.5 pesos por dólar para 2025.

De acuerdo con especialistas de CIAL Dun & Bradstreet, México vive cambios constitucionales que generan incertidumbre de los inversionistas, a lo que se suma un ambiente desfavorable a raíz del regreso a la Casa Blanca de Donal Trump, cuyas amenazas contra México generan un compás de espera entre los inversionistas locales y extranjeros.

Sobre el tipo de cambio, hay cierto optimismo, ya que se espera que en 2025 termine en 18.5 pesos por dólar, precisó la empresa global que lidera el sector de datos confiables y plataformas avanzadas para las empresas de América Latina y el Caribe.

Para Marco Oviedo, economista y estratega sénior para América Latina en XP Investments, la coyuntura hará difícil la apreciación del peso.

Como están las cosas, la apreciación tiene que ser más del lado del dólar que del peso, o que Donald Trump se eche para atrás en el tema de tarifas por ejemplo.

Janneth Quiroz, directora de análisis económico, bursátil y tipo de cambio de Monex, advirtió que la reconfiguración de los diferenciales de tasas de interés a nivel mundial durante el resto del año y en 2025 sumarán nuevas presiones para el tipo de cambio.

Tan sólo en la última encuesta de Citibanamex, el consenso del mercado estimó que para el cierre de 2025 el tipo de cambio alcanzaría 20.50 pesos por dólar, en lugar de 20.21 por dólar previo. Durante 2024 el peso mexicano alcanzó niveles de 16.50 por dólar, nivel que según analistas de Franklin Templeton, será difícil que se vuelva a observar.

Entre 2021 y 2022, la inflación registró un aumento sustancial y sincronizado, tanto en economías avanzadas como en emergentes y en desarrollo, alcanzando niveles no observados en más de dos décadas (una inflación promedio de 7.3 por ciento y 9.6 por ciento anual, respectivamente).

Este incremento fue resultado de una combinación de choques de oferta, como la crisis en las cadenas de suministros y el drástico aumento en los precios de las materias primas provocado por la guerra en Ucrania, así como por choques de demanda, impulsados por un fuerte repunte en el consumo tras la puesta en marcha de políticas fiscales y monetarias expansivas durante la pandemia.

Para frenar el incremento de los precios y el deterioro de las expectativas de inflación, la mayoría de los bancos centrales se vieron obligados a elevar sus tasas de interés a niveles históricos, lo cual tuvo resultados favorables. Desde el primer trimestre de 2023, la inflación global ha mantenido una trayectoria descendente, lo que ha permitido una flexibilización gradual de la política monetaria en la mayoría de las economías durante 2024. Sin embargo, algunos bancos centrales han tenido que adoptar la dirección opuesta.

Tras el inicio de las subidas agresivas de tasas de interés por parte de los bancos centrales, la crisis inflacionaria se moderó en poco más de dos años. De 44 países con objetivos de inflación, 31 ya se encuentran dentro de su meta o por debajo de ella, en contraste con solo tres que lo lograban a finales de 2022 (según datos del FMI).

Esta tendencia, junto con una desaceleración económica significativa en diversas economías, abrió la puerta para que, en 2024, los bancos centrales comenzaron a recortar las tasas.