Contubernio virtual
ace más de dos siglos a los promotores de la industrialización en Estados Unidos se les asestó el apodo de Robber Barons debido a que los medios que utilizaron para amasar su gran riqueza no fueron precisamente éticos ni legales. A lo largo de los años, los Robber Barons evolucionaron de diferentes maneras. Una de ellas fue cooptar la comunicación por Internet mediante la que se volvieron extraordinariamente ricos e influyentes. Hoy en día, una de sus principales herramientas para hacerlo es el diseño, la comunicación y la venta de mercancías por Internet. Les ha permitido no sólo obtener miles de millones de dólares, sino también comprar la voluntad de los gobiernos mediante la promoción y el patrocinio de sus campañas políticas. La referencia es evidente: los Elon Musk, Mark Zu-ckerberg, y otros como ellos, que son dueños o dirigen las más grandes corporaciones de medios a lo largo de todo el planeta, desde sus orígenes en la región conocida como Silicon Valley, sede y plataforma de lanzamiento de sus empresas. Hoy han diversificado sus operaciones, trasladándolas a varios estados de Estados Unidos. aprovechando, o exigiendo, prebendas fiscales y físicas para migrar a los que les ofrecen mayores recursos, tales como la infraestructura de terrenos, y energía abundante y barata para situar sus empresas y multiplicar sus ganancias.
Después de haber sido críticos de Trump en 2016, encontraron que durante la presidencia de Biden se impusieron regulaciones a sus actividades. La consecuencia es que se volvieron críticos de la actividad gubernamental y decidieron que era más conveniente construir una alianza con Donald Trump que incluyó donar millones de dólares para su campaña. Tuvo el efecto que desarrollaran sus actividades sin ninguna o casi ninguna regulación, como el hecho de abstenerse a verificar en sus plataformas de comunicación lo que se dice y circula a través de ellas, conocido en el argot como factchecking. Abrieron la puerta para que se enviaran todo tipo de mensajes ofensivos, falsos y groseros, muchos de los cuales lastiman la dignidad e integridad de personas e instituciones. De hoy en adelante los grupos más radicales las usarán para ganar adeptos y promover su causa por medios ilegales y violentos. Sin ninguna cortapisa a la de promover la ideología más extrema de la derecha: el 6 de enero de 2020 es sólo un ejemplo de la barbarie de la que son capaces. Hoy tienen el poder, y pudieran ampliarlo por varios años, lo que derivaría en un cambio cultural y político que reviviría lo peor de un pasado que se creyó superado.
Si de amenazas a la democracia se trata, ésta es una de las mayores.