
Domingo 9 de febrero de 2025, p. 3
¡Vamos a gozar, amigos!
, anunció desde el primer momento Kalavera Orquesta, grupo que se apoderó el viernes de la Plaza de las Artes en el Centro Nacional de las Artes (Cenart). Congas, timbales, maracas y campana hicieron saber que el ritmo latino de la salsa era el invitado del día para todo aquel que se dejara llevar con las percusiones, el instrumento que se enlaza con el corazón, los pies y la cadera.
Todos me dicen el negro, llorona
fue de los primeros manifiestos, acompañados por el retumbe de las trompetas que transformaron el himno oaxaqueño en un tema del género bailable de raíz africana y caribeña. Yo soy como el chile verde, llorona, picante, pero sabroso
.
El concierto fue parte la propuesta de la tercera edición del Festival Percusiva en el Cenart, que comenzó el jueves y concluye hoy.
Los últimos rayos de la tarde desplegaban un filtro rosado en el ambiente cuando el grupo mexicano dio los primeros golpes rítmicos ante el micrófono. El público se concentraba en las escaleras que colindan con la biblioteca, pero pronto quedaron semivacías, mientras el movimiento se acumulaba frente al escenario al aire libre. La luna creciente comenzaba a brillar sobre la techumbre blanca.
Sin Kalavera, no hay gozadera
, recordaban a las parejas que movían las caderas y con elocuentes pasos de baile hacían saber al suelo que ahí reinaba la alegría. En algún momento de la noche se alentó el balanceo y se posaron los brazos sobre el cuello del otro para un momento más amoroso. Más tarde, hubo otro cambio de ritmo, con la cumbia Luna Remembranza. El público no dejó de bailar y ante el temor de que cesara la música pidieron otra, otra
. El concierto terminó casi a las 8 de la noche.
La tercera edición del Festival Percusiva: Encuentro Nacional de Percusiones busca difundir la escena musical contemporánea de estos instrumentos. La programación incluye talleres, conferencias, clases magistrales, venta de instrumentos y cuatro días de conciertos gratuitos.
Con la misión de hacer mover el esqueleto, Kalavera Orquesta, agrupación creada por el conguero Uzziel Ismael, se caracteriza por la interpretación de la salsa a la vieja usanza. Está integrada por conga, timbal, bongo, teclados, bajo, dos trompetas, dos trombones y dos vocalistas. En marzo pasado lanzaron su segundo álbum, Tiempo, que incluye ocho temas.
El jueves y viernes Uzziel Ismael ofreció la clase magistral Ritmos latinos: Una inmersión a la multipercusión, en la Escuela Superior de Música.
Armando Hidalgo, parte del equipo de coordinación del festival, dijo en entrevista que el encuentro involucra a una comunidad muy grande de músicos que incluye a percusionistas clásicos, contemporáneos y latinos, por ejemplo. Buscamos llegar a más rincones, a otras realidades de la música, no solamente la clásica. También es importante mostrar el trabajo sobre nuestro instrumento a otro tipo de público
. La presencia de la salsa demuestra una parte rítmica donde la sección de percusión es una base concreta.
En la primera edición del festival asistieron alrededor de 950 personas, para la segunda edición se duplicó a 2 mil 106 y esperan que el numero de concurrencia sea mayor en la edición de 2025.
Hoy, último día del festival, el Coro del Centro de Iniciación Musical Ahuehuetes y la Orquesta Mexicana Tertulia ofrecerán el programa Música mexicana y algo más a las 11 horas en la Plaza de las Artes. En el auditorio Blas Galindo, a las 13 horas, se presentará el concierto de clausura con el Ensamble Infantil y Juvenil, el Ensamble de Adultos y el Ensamble de Percusiones de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas.