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Esther Chapa Tijerina y la China de Mao
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a doctora Esther Chapa Tijerina es una fulgurante estrella roja en el firmamento de quienes dedicaron su existencia a luchar por la causa de las mujeres y por un país mejor. Aunque murió a los 66 años, su vida fue muchas vidas, vividas todas, con pasión, congruencia e intensidad.

Entre ellas destaca una, menos conocida que otras: la de ser nodo del archipiélago de los maoísmos mexicanos, la difusión del pensamiento de Mao Tse-tung y la promoción de la amistad entre China y México.

Su labor fue tan versatil como fructífera. Nacida en Tampico, Tamaulipas, el 22 de octubre de 1904, estudió medicina, se tituló en 1928, obtuvo una cátedra de microbiología y se especializó en laboratorio clínico. El presidente Lázaro Cárdenas la comisionó para dirigir el Comité de Ayuda a los Niños del Pueblo Español, rescatados de las garras del franquismo. Dirigió la Escuela Nacional de Enfermería y Obstetricia.

Fue también fundadora del Frente Único Pro Derechos de la Mujer y presidenta del Consejo Nacional del Sufragio Femenino. Se desempeñó como Jefa de Prevención Social de la Penitenciaria Federal. Y, hasta su expulsión por apoyar a Pekín en el diferendo contra Moscú, militó en las filas del Partido Comunista Mexicano (PCM).

En 1928, contrajo nupcias con el doctor Ismael Cosío Villegas, jefe de la delegación mexicana en la Conferencia de Paz de las regiones Asia y Pacífico, en 1952, realizada en China. Divorciada en 1931, la médica fue parte del presidium de la jornada por la paz, efectuada en febrero de 1953 en el Teatro Arbeu, en la que, los delegados informaron sobre su travesía.

Se casó por segunda ocasión con el periodista Rosendo Gómez Lorenzo, quien estuvo en la primera línea en el enfrentamiento contra las fascistas Camisas Doradas del 20 de noviembre de 1935, y en un fallido intento de asesinato de Trotsky. Según Óscar de Pablo en El capitán Sangrefría, su matrimonio terminó entre 1940 y 1941. Años después, en junio de 1947, el periódico trostkista Lucha Obrera (facilitado por Jaime Ortega) la acusó de ser una miserable sirvienta de la GPU (servicio de inteligencia y policía secreta de la URSS), por los privilegios que tenía Ramón Mercader en la penitenciaría.

También fue, según el historiador Jesús Vargas, la persona mejor relacionada y la que recibió la mayor confianza de los chinos; la que más contribuyó a que los mexicanos interesados viajaran a ese país, recibiendo las mejores facilidades que podía otorgar el gobierno del dragón asiático.

No es exageración. Desde el 10 de septiembre de 1953, cuando se anunció el nacimiento de la Sociedad Mexicana de Amistad con China Popular (SMACHP), fundada, según su primer boletín, para promover la amistad de China y México mediante el intercambio cultural en artes y ciencias y obligar al reconocimiento de la China Popular por el gobierno mexicano, hasta su fallecimiento, el 14 de diciembre de 1970, al frente de la SMACHP, su dedicación a esta causa de la revolución fue infatigable. Ella dio vida en 1964 e instaló en su casa en la colonia Narvarte a la nueva asociación, para acercar la revolución china a la sociedad mexicana y mostrar la actualidad del maoísmo, en el marco de la lucha contra la rígida hegemonía del Partido Comunista de la Unión Soviética,

Como ella expresó al regresar de Oriente –en un texto recuperado por Jorge Octavio Fernández–: El pensamiento del presidente Mao es un arma ideológica sin igual, y una vez que los pueblos de América Latina tengan un dominio total de esta arma, entonces dejarán de tener miedo y marcharán hacia adelante para siempre, comenzando una lucha a muerte contra el imperialismo estadunidense.

Aunque la doctora Chapa fue maoísta de primera generación (la que surge de las rupturas al interior de los partidos comunistas), mucha de su labor al frente de la SMACHP se efectuó con los de la segunda, jóvenes impactados por la Nueva Izquierda, radicalizados por los movimientos estudiantiles e influidos por la Revolución Cultural.

Escribe Plutarco Emilio García en Memoria en el tiempo y un poco de historia: Durante la segunda mitad de esa década (los 60), cuando yo militaba en la Liga Comunista Espartaco (LCE), recibía de la doctora gran cantidad de literatura marxista y maoísta, que era devorada por nuestros compañeros.

Emilio recuerda las largas pláticas en su lecho de enferma de cáncer, en las que ella le contaba sus experiencias como militante del PCM por más de 25 años. Sus dirigentes –aseguraba– eran comunistas de discurso, pero en su práctica tenían muchas actitudes deshonestas y burguesas.

Según Ezequiel Flores, integrante de la Seccional Ho Chi Minh y ex preso político del 68, la doctora fue la pionera del maoísmo en México. Gracias a ella teníamos gran cantidad de materiales de difusión sobre la Revolución y China y el pensamiento de Mao.

De acuerdo con Uriel Velázquez, la doctora se convirtió en el puente para que el ingeniero Federico Emery Ulloa, fundador del Movimiento Marxista Leninista de México (MMLM), viajara en febrero de 1964 a China durante seis meses, para prepararse política y militarmente. La invitación –escribe– se hizo en una cena en la Ciudad de México con integrantes de la delegación china a la Exposición Económica, Industrial y Comercial de la República Popular.

Emery –puntualiza Roberto Fernández– es el primer militante mexicano en conocer a fondo la experiencia política, ideológica y militar del Partido Comunista Chino. Hasta sus últimos días –le contó el ingeniero–, la relación de la doctora con el MMLM fue muy estrecha y de gran simpatía. Ella les acercaba posibles simpatizantes.

La médica ayudó al escritor Sergio Pitol y a la traductora Adelia Harrel a ser los primeros expertos extranjeros de México que colaboraron en la enseñanza y aprendizaje del español en China. Su papel para que la agencia noticiosa Xinhua se estableciera en nuestro país fue clave.

Personaje de película, la vida y trayectoria política de la doctora Esther Chapa Tijerina bien merece recuperarse y ­estudiarse.

X: @lhan55