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Negocios y empresas

Los intocables

N

o, No nos referimos a los más ricos y poderosos ni tampoco a los intocables de Eliot Ness que hundieron a Al Capone, sino a aquellas personas que pasan inadvertidas y pululan en forma miserable en las grandes ciudades.

En India, los intocables o dalits conforman la casta más baja de la sociedad, un grupo considerado impuro y que vive en la miseria. Se trata de un sector que padece discriminación, violencia y exclusión social. Este fenómeno que parece tan lejano a nuestra realidad se repite en México entre personas de la tercera edad que balbucean el español y que no logran integrarse a la sociedad.

Usted los puede ver a través de la ventana de su automóvil, en las paradas del transporte público o en medio de calles transitadas, sentados, casi sin moverse, con un niño dormido o drogado en brazos. Hombres de la tercera edad, pobremente vestidos, con sombrero o gorra de beisbol y mujeres de rebozo gris con el que se cubren parte de la cara.

Este grupo marginado, diferente a los niños de la calle, pasa inadvertido para gobiernos de izquierda y de derecha. Al no contar con identificación, como la credencial del INE o del Inapam, no pueden demostrar políticamente que son mexicanos, aun cuando pertenecen a grupos originarios de este país. Por tanto, no reciben apoyos institucionales ni mucho menos la seguridad social a la que tienen acceso otros mexicanos.

Los intocables viven de la dádiva y son explotados por mafias que los acomodan en puntos estratégicos con un refresco y una torta para que sobrevivan mientras piden dinero. Forman parte de la economía de mercado, por el dinero que reciben y porque parte de los recursos se los quitan quienes los acarrean como ganado. A veces llegan a pie, otras veces en transporte, pero al final del día alguien les expropia el dinero que les entrega la población.

Se trata de un sector casi invisible porque pasa sin ser percibido para las buenas conciencias, que lo ven como una molestia al cruzar la calle. Si no se ha enterado de su miseria, simplemente salga a una avenida transitada y los verá en medio de la nada.

¿Tendrá solución este grave problema económico y social que afecta a un creciente grupo de la población mexicana?