Martes 15 de abril de 2025, p. 25
Balaceras, venta de drogas y abandono en los servicios urbanos viven a diario las familias asentadas en el entorno del Reclusorio Oriente, en la colonia Lomas de San Lorenzo, alcaldía Iztapalapa.
De acuerdo con testimonios, a los habitantes no les da temor vivir cerca del penal porque, aseguran, el verdadero peligro está en las calles, donde la policía rara vez se aparece y el miedo es una constante.
En un recorrido, los vecinos denunciaron que en los meses recientes han ocurrido balaceras nocturnas cerca de sus viviendas.
Uno de los puntos identificados como focos rojos es la avenida Reforma 100 y su cruce con Calle 2, donde aseguran que operan personas dedicadas a la venta de sustancias ilícitas. Aquí se paran todos los días y nadie hace nada. Ya sabemos quiénes son, pero nos da miedo hablar porque no sabemos de qué son capaces
, declaró la señora Marta Herrera, quien lleva más de 15 años viviendo en la zona.
Además, los residentes manifestaron que la presencia policial es mínima. Aunque ocasionalmente circulan patrullas, no suelen detenerse ni realizar rondines, dijeron.
José Martínez, vecino cuya casa se ubica a unos metros del Reclusorio Preventivo Varonil Oriente, señaló: Aquí el peligro no está dentro del reclusorio, está en la calle. Ya varios vecinos se han mudado porque sienten que esto ya no es seguro, especialmente si tienen hijos
.
Varios entrevistados indicaron que han solicitado operativos, cámaras de videovigilancia o reuniones vecinales con las autoridades, sin recibir respuesta. Hemos ido al módulo de seguridad a dejar escritos, pero no pasa nada. Es como si no existiéramos
, comentó Rosa María Delgado, otra residente.
A lo anterior se suma el deterioro en los servicios urbanos. De acuerdo con habitantes de la zona, gran parte de las calles carecen de iluminación adecuada, lo que incrementa la sensación de vulnerabilidad por las noches. Las lámparas no sirven, hay calles totalmente a oscuras y eso da más miedo. Si alguien se mete a robar, ni lo ves venir
, dijo una vecina que pidió el anonimato.
En cuanto al suministro de agua, los vecinos coincidieron en que pasan semanas completas sin el servicio, y que son contados los días en los que se les avisa con anticipación que habrá agua disponible. A veces nos avisan por WhatsApp que va a haber agua, pero la mayoría del tiempo no tenemos nada. Vivimos con pipas o con lo que logramos almacenar en botes, incluso rezamos que llueva seguido para poder lavar
, explicó Juan Carlos López.