n la tienda de Trump sobran las universidades: cuestan y no producen ganancias. El tendero no tiene otra forma de medir: en cuánto compro, en cuánto vendo, cuánto gano. Es de recordarse: durante el primer periodo de Trump, Puerto Rico padeció el huracán María de inmenso poder destructivo; le informaron al tendero que la reconstrucción costaría unos 90 mil millones de dólares y replicó: “¡¿90 billion?!…, es mejor deshacerse de ese activo, ¿qué no?”
El tendero sabe
que nada hay fuera de la tienda y que él es el tendero en jefe. Así que se cree en su derecho de acabar con los temerarios ciegos que no ven dónde están parados, como los medios y sus preguntas y decires impertinentes; los jueces que lo resisten; y las universidades, con sus insufribles togas, libertades, saberes, autonomía: muera la inteligencia, como dijera el general Millán Astray en la Universidad de Salamanca (1936).
Las universidades son por hoy el peor enemigo interno de Trump. Harvard University, como muchas otras, recibió una carta del gobierno que demandaba la eliminación de los programas de diversidad, los de equidad e inclusión, la prohibición del uso de mascarillas en las protestas en los campus, la contratación basada en el mérito, las reformas de admisión, y la reducción del poder del profesorado y de los administradores, más comprometidos con el activismo que con la investigación académica
, dijo el gobierno trumpista.
Harvard repuso categóricamente: Ningún gobierno, independientemente del partido en el poder, debería dictar qué pueden enseñar las universidades privadas, a quiénes pueden admitir y contratar, y qué áreas de estudio e investigación pueden desarrollar
; lo escribió Alan Garber, presidente de esa institución, la más antigua de EU. Creada en 1636 (EU fue fundado en 1776), Harvard es la universidad número uno de ese país y posee una dotación de 53 mil millones de dólares; es la más rica del mundo.
Trump replicó con un primer recorte de 2.2 miles de millones de dólares, un zarpazo que, dijo la institución, no la intimidará. Innumerables periodistas, comentaristas y ciudadanos se han entusiasmado con Harvard y esperan una batalla decisiva contra Trump. Columbia University, también parte de la afamada Ivy League universitaria del noreste de EU, se ha sumado a esa lucha y, seguramente, otras más abominan al tendero. Ataques especialmente duros han sufrido miles de estudiantes extranjeros. Trump puede estar abriendo más frentes de guerra internos de los que puede dominar. Y no perdamos de vista que su principal pleito es externo: con China. Trump equivoca su pleito despreciando el conocimiento, las ciencias y la tecnología. China ha empezado a ganarle la partida en ese renglón decisivo.
Harvard ha sido vista por el mundo como la nunca vista; otras universidades de EU son apreciadas como las mejores. No obstante, las cosas pueden estar cambiando, y puede que Harvard ya no sea tan deslumbrante. Sí, en la mayor parte de los rankings internacionales universitarios suele aparecer como la número uno; pero no se olvide el peso de las propias instituciones universitarias de EU en la hechura de esos rankings.
Véase: según The Academic Ranking of World Universities de 2024, formulado por la Shanghai Jiao Tong University, de China, en el top ten se hallan ocho universidades gringas y dos de Gran Bretaña, con Harvard a la cabeza, no hay más. Si se consideran las primeras 20, hay 16 gringas, una francesa y tres inglesas, con Harvard a la cabeza. En el lugar 22 aparece una china, Tsinghua University.
Pero: en algunos espacios universitarios figuran cada vez más otras formas de medir, y otras clasificaciones con otros resultados. Por ejemplo, la que formula la Universidad de Liden (Países Bajos), universidad fundada en 1575 cuyos egresados han recibido 16 premios Nobel. A principios de 2024, a través de su Centro de Estudios de Ciencia y Tecnología, presenta nuevas clasificaciones universitarias que agregan fuentes de datos abiertos a la lista tradicional, seleccionada de revistas de élite, que ha sido el estándar
. Los resultados cubren el periodo 2018-2021 y muestran un mundo distinto de los rankings universitarios. Donde antes la lista de universidades con mayor impacto científico habría incluido a Oxford, Stanford, Harvard y el MIT, la lista top ten de las universidades con mayor impacto científico incluye ocho universidades chinas. Harvard y la Universidad de Toronto se ubican también en el top ten. En la lista de las primeras 50, 23 son chinas y 13 gringas (https://www.leidenranking.com/ranking/2023/list).
Según la encuesta de The Economist del 16 de abril, el índice de aprobación de Trump ha caído especialmente después de su ruinoso anuncio de aranceles. Aprueban su trabajo los hombres blancos mayores de 65 años, mientras los más jóvenes y los miembros de minorías étnicas se encuentran entre los que más lo desaprueban. La mayor desaprobación se ubica entre quienes poseen estudios superiores a high school: muera la inteligencia.