Trump suprime el periodismo crítico en EU
n marzo pasado, el presidente estadunidense, Donald Trump, decidió poner fin al apoyo financiero de la Agencia para los Medios de Comunicación Internacionales, (USAGM, por sus siglas en inglés), a la que colocó entre los elementos inútiles de la burocracia federal
. La USAGM incluye a Voice of America (VOA), Radio Free Europe y Radio Free Asia.
Para evitar su desmantelamiento, dos jueces federales ordenaron el restablecimiento de algunos de estos medios públicos globales. Pero la semana pasada, el gobierno notificó a 639 empleados de VOA su despido definitivo, alegando recortes masivos en la administración pública.
Creada después de la Segunda Guerra Mundial, la misión de VOA era promover la democracia en el mundo
, con emisiones especiales destinadas originalmente a países con regímenes comunistas: la entonces Unión Soviética y sus países satélites en Europa. Ahora, a Rusia. Y, en Asia, a la República Popular de China, Vietnam y Corea del Norte. VOA transmitía en 49 idiomas a una audiencia estimada de 354 millones de personas cada semana.
Kari Lake, designada por Trump para supervisar la USAGM, declaró que fue un esfuerzo largamente esperado para desmantelar una burocracia inflada y sin rendición de cuentas
. Agregó que buscará que la narración de las historias de Estados Unidos sea moderna, efectiva y en línea con la política exterior de Trump
.
Ya eliminaron mil 400 cargos de la USAGM. Apenas 250 seguirán activos. Se trata de quienes laboran en VOA y en la Oficina de Radiodifusión de Cuba (OCB), la cual administra la Radio y Televisión Martí, destinada sólo a la isla caribeña.
Otros medios públicos internacionales también enfrentan la austeridad. Es el caso de la BBC, en Inglaterra; Radio Francia Internacional; Finlandia; Holanda; Italia, y Bélgica, por ejemplo.
Desde un punto de vista geopolítico, con el fin de hacer escuchar su voz en el extranjero los gobiernos utilizan hoy otros canales, especialmente las redes sociales y la comunicación institucional.
Prescinden así del periodismo crítico. Estados Unidos es un buen ejemplo de lo anterior, con el uso perverso que hacen de esas redes Trump y sus colaboradores cercanos.