Elizabeth Báez ofrece talleres para que los jóvenes comprendan la importancia de estos documentos

Lunes 30 de junio de 2025, p. 4
Pachuca, Hgo., De los códices mexicanos que se exhiben en museos o que se resguardan en archivos históricos, no todos son de origen prehispánico: muchos fueron elaborados por indígenas a petición de los conquistadores españoles con fines didácticos, para facilitar el proceso de evangelización católica, explicó Elizabeth Báez Domínguez, artista y experta en pictografía, originaria de la ciudad de Tlaxcala, quien hace unos días participó en el Festival de la Obsidiana de Epazoyucan, en Hidalgo.
Es el caso del Códice Florentino, el cual, explicó, es un compendio etnográfico realizado en el siglo XVI por indígenas por orden y supervisión del fraile franciscano español Bernardino de Sahagún.
Ese documento, agregó Báez, conserva el estilo prehispánico, pero con algunos aspectos europeos, entre ellos, descripciones escritas en alfabeto español
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A lo largo de los tres días que duró el festival, Báez Domínguez expuso hermosas reproducciones de códices que plasmó en papel amate, en particular el Tonalámatl, que se cree fue elaborado en Tlaxcala antes de la llegada de los españoles.
Sobre ese documento, dijo que en 2014 publicó un libro de una investigación pictográfica que realizó, cuyo título es Tonalámatl, el libro de los días y de los destinos.
“Es un códice de Tlaxcala, de los pocos que quedan en papel amate, ya que otros, posteriores a la Conquista, están hechos en papel europeo.
“La palabra amatl significa papel, y era elaborado de un árbol conocido como amate, el cual se sobrexplotó, por lo que está en peligro de extinción.
Actualmente, se hace con fibras de la corteza del árbol de jonote. Se elabora en la localidad de San Pablito, del municipio de Pahuatlán, Puebla, el cual colinda con Tenango de Doria, en Hidalgo.
Comentó que el amate no sólo era empleado para la elaboración de códices, sino también como elemento ceremonial o funerario, ya que era usado para envolver los cadáveres de altos dignatarios
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Relató que cada panel de códice tarda en promedio dos días para su elaboración, y usa pintura de acrílico sobre papel amate.
Tras puntualizar que no es ilustradora, sino copista, Elizabeth Báez relató que oficialmente inicié mi carrera en septiembre de 2001, cuando tuve mi primera exposición en la galería del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS)
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Fue alumna del taller de artes plásticas del IMSS y luego se convirtió en maestra de artes.
Entre sus primeros trabajos, se encuentra la reproducción de pinturas prehispánicas en comales de barro.
Además de los códices, Báez realiza reproducciones de pinturas de murales prehispánicos, como los del llamado templo de Venus de Cacaxtla.
El 9 de febrero pasado expuso parte de sus obras en la Sala de Arte de la Coordinación de Comunicación Social del gobierno de Tlaxcala.
Báez Domínguez constantemente visita otras entidades para impartir talleres y conferencias sobre la reproducción de códices prehispánicos. Recientemente, visitó el municipio indígena de Acaxochitlán.
Finalmente, refirió que enseñar a los jóvenes la reproducción de los antiguos códices prehispánicos es una tarea indispensable para preservar nuestra riqueza cultural y mantener presente nuestro pasado indígena
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