Opinión
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Desde el otro lado

Perdedores y ganadores

L

a forma en que se definió el presupuesto en EU fue una afrenta social. La revista Fortune, entre otras, lo sintetiza en un párrafo: Perdedores y ganadores en el presupuesto de Donald Trump. Ganadores: familias de altos ingresos, negocios, sectores relacionados con la política migratoria en la frontera y el gasto militar. Perdedores: salud, familias e individuos de bajos ingresos, migrantes y sectores ligados a la producción de energía limpia. Antes de la aprobación del presupuesto hubo la necesidad de que Trump diera un jalón de orejas a los legisladores republicanos, entre los que había discrepancias. Algunos consideraban que los recortes al gasto social eran insuficientes y no satisfacían las diacrónicas expectativas de muchos de sus compañeros. Había también un diferendo en el monto de los impuestos que deberían rebajarse a las corporaciones y a quienes más ganan. En el primer caso el resultado fue un recorte al gasto social con el que ni los gobiernos republicanos más conservadores, incluido el de Ronald Reagan, soñaron. El segundo se dirimió mediante una rebaja en el impuesto de 35 a 21 por ciento a las corporaciones y personas de altos ingresos. La integración del presupuesto habitualmente es un ejercicio complejo, no fácil de entender para cualquier mortal, pero en este caso el barroquismo con que se integró, según algunos especialistas, esconde las intenciones de Trump y sus aliados para favorecer al sector social más privilegiado, a costa del castigo a los más desprotegidos.

La publicación AXIOS señala que los recortes al apoyo a la educación primaria y programas de alimentación en distritos pobres fueron 4.5 billones; en salud, dejarán a entre 12 y 15 millones sin seguro médico, además del corte de 25 billones al programa de investigación y prevención de enfermedades. En programas habitacionales se recortaron 26 billones al subsidio para el pago de rentas, vivienda púbica para adultos mayores y personas con discapacidades, así como 4 billones más para el programa de apoyo al pago de energía en comunidades de bajos ingresos. En síntesis, es una letanía de recortes al gasto social y de bienestar, perpetrados por un gobierno que, a contracorriente de la historia, pretende regresar a EU a una era de oscurantismo que su sociedad creyó haber superado. Para rematar la semana, Trump amenazó por enésima ocasión con imponer tarifas a uno de sus principales aliados comerciales: México y, de paso, a la Unión Europea. La apuesta es si esta vez el lobo concretará su amenaza, incluso a riesgo de indigestarse.