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Negocios y empresas

Voyerismo y exhibicionismo

L

as redes sociales han cambiado los conceptos de lo público y lo privado. Ahora todo puede ser mostrado, desde lo que come la gente hasta la forma en que hace el amor.

Hasta hace pocas décadas se consideraba una perversión o una patología el exhibicionismo, mostrar el cuerpo o las relaciones íntimas a personas extrañas; y lo mismo pasaba con el voyerismo, ver a otros en actos íntimos. Esos principios cambiaron con el desarrollo de Internet y de las redes sociales.

Ahora, a un creciente número de personas les interesa mostrar sus intimidades para sumar seguidores. Tan sólo en la plataforma Meta, 3.4 billones de personas se conectan diariamente y desean que las escuchen, las vean y las entiendan. Lo mismo sucede con TikTok que tiene 1,800 millones de usuarios activos cada mes.

Hay gente que está dispuesta a perder su vida para tener más seguidores. Hace unos días, por ejemplo, una persona perdió una pierna para mostrar su valentía ante un tiburón, otra más se fue al precipicio al ensayar una situación extrema ante su cámara… cosas que pasan todos los días.

El ser humano nace con la necesidad de mirar y de mostrarse. Se trata de una manera de saber quién es quién, con ello se vuelve consciente de sus limitaciones y aprende. Pero ahora, miles de millones de personas se obsesionan por la vida de los demás. En la casa, en el trabajo o en el transporte la gente ve genialidades y tonterías que hacen otros… y todo esto se convierte en negocio para grandes firmas.

Uno de los valores perdidos es el de la privacidad. En el pasado nadie tenía porqué enterarse de la vida familiar, las amistades o la soledad en que se vivía. Pero la sociedad se abrió hacia el voyerismo y el exhibicionismo, porque el ver y ser visto se convirtió en una señal de éxito e incluso de existencia: “véanme, aquí estoy”.

El mostrarse y el seguir a las personas se ha convertido en el gran negocio de las redes sociales. Quien recibe más visitas gana más, aunque el contenido consista en decir tonterías o en presentar las debilidades y miserias humanas.

La tecnología y los negocios en Internet han cambiado al ser humano y no siempre para bien.