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Cervantino 2025
Hard to Be Soft llevó a escena las cicatrices históricas de Irlanda del Norte
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▲ La coreografía contrapone la dureza de las calles con gestos cotidianos que reflejan la vida de las comunidades trabajadoras.Foto Gabriel Morales / FIC
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Periódico La Jornada
Domingo 26 de octubre de 2025, p. 3

Guanajuato, Gto., En la calma de sus calles, Belfast, capital de Irlanda del Norte, conserva cicatrices que reflejan su historia.

Por primera vez en México, Oona Doherty, coreógrafa oriunda de esa ciudad europea, llevó Hard to Be Soft: A Belfast Prayer al Auditorio del Estado, como parte del Festival Internacional Cervantino y de las actividades de Reino Unido, país invitado de honor.

La función del viernes por la noche desplegó movimientos de fuerza física y profundidad emocional, donde la danza articuló recuerdos y plegarias.

La coreografía contrapone la dureza de las calles con gestos cotidianos que reflejan la vida de las comunidades trabajadoras. Los movimientos combinan tensión y delicadeza y muestran una mirada cercana sobre la experiencia urbana.

Los episodios Lazarus and the Birds of Paradise, Sugar Army, Meat Kaleidoscope y Helium alternan la presencia de Doherty en el escenario con la de otros intérpretes.

Voces de habitantes locales y fragmentos de música litúrgica acompañan los pasajes más íntimos; la música de David Holmes atraviesa todo el montaje y reúne registros sonoros que evocan fe, memoria y la violencia que dejó huella en Belfast.

El público siguió la función con atención diversa. Algunos espectadores mostraron confusión ante los pasajes más abstractos, mientras otros se enfocaron en la relación entre los intérpretes, el espacio y la luz.

Aunque la sala no alcanzó su capacidad total, la disposición cercana de los asistentes permitió apreciar con detalle la interacción de los cuerpos con el escenario y la luz.

Ciaran Bagnall cubrió el espacio de blanco, mientras Luca Truffarelli se encargó de la fotografía y filmación, Jack Phelan de las proyecciones y Lisa Marie Barry de la producción y dirección de escena. El resto del equipo atendió la logística, construcción y administración.

Aclamada por la prensa internacional y galardonada con el León de Plata en la 57 Bienal de Venecia, la pieza reconstruye fragmentos de la infancia de Doherty durante los últimos años del conflicto conocido como The Troubles.

En las notas curatoriales de OD Works, compañía de Oona Doherty, se describe la puesta en escena como “un limbo blanco y luminoso, un himno existencial que eleva los recuerdos de la juventud de la coreógrafa a un lugar sagrado.

“Cada gesto revela lo que permanece oculto y proyecta el pasado sobre la escena; transmite resistencia, cuidado y ofrece la posibilidad de hallar claridad incluso entre las huellas de la historia.”

Miriam Canseco, estudiante de la Universidad de Guanajuato, señaló en charla con La Jornada que la obra “fue novedosa, aunque quizá para los espectadores latinoamericanos resultó muy conceptual.

“Uno puede decir que estuvo chingona, pero creo que es exagerar lo que se percibe; no todos logramos conectar con cada símbolo y movimiento, aunque la fuerza física y la sensibilidad de los intérpretes se hicieron evidentes.”

Hard to Be Soft: A Belfast Prayer, reconocida por The Guardian como la mejor obra de danza británica en 2019, tuvo ayer otra función.