Viernes 21 de noviembre de 2025, p. 22
La junta de gobierno del Banco de México (BdeM) consideró que la debilidad de la actividad económica, así como el mayor margen que otorgan los recortes de la Reserva Federal, abren espacio para continuar el ciclo de reducciones de la tasa de referencia, que en la reunión del 5 de noviembre quedó en 7.25 por ciento tras una baja de un cuarto de punto porcentual.
En la minuta publicada ayer, correspondiente a la decisión anunciada hace dos semanas, la mayoría de los integrantes coincidió en que la debilidad económica continuará incidiendo a la baja sobre los precios y que “se mantiene la perspectiva de que la inflación general converja a su objetivo en el tercer trimestre de 2026”.
Un integrante de la junta resaltó que “la reciente disminución en la tasa por parte de la Reserva Federal y la perspectiva de recortes adicionales otorgan margen al ciclo de relajamiento en México”. Otro miembro enfatizó que “los factores que han incidido sobre los determinantes de la inflación, principalmente sobre el debilitamiento económico, han brindado margen para recortar la tasa de referencia”.
La junta valoró positivamente la apreciación del peso a lo largo del año –cercana a 12 por ciento– y la estabilidad cambiaria reciente, así como el comportamiento favorable de las exportaciones no automotrices, aunque advirtió que la economía mexicana registró contracción en el tercer trimestre, la inversión fija bruta sigue débil y cerca de 75 por ciento de los sectores están estancados o con bajo dinamismo.
En cuanto a la inflación, la mayoría reconoció que la subyacente –que no incluye los precios más volátiles, como frutas y verduras y proporciona una visión de más largo plazo sobre el comportamiento de los precios– “ha mostrado persistencia” y se estabilizó alrededor de 4.2 por ciento, pero destacó que sus variaciones mensuales “muestran una trayectoria descendente”.
No obstante, el balance de riesgos para la inflación se mantiene sesgado al alza.
El único voto disidente fue del subgobernador Jonathan Heath, quien propuso mantener la tasa en 7.5 por ciento. Argumentó que “el problema fundamental en la inflación subyacente aún no se ha resuelto”. Heath advirtió que una relajación prematura podría desanclar expectativas y generar efectos regresivos.











