El secretario de Comercio, Herminio Blanco, afirmó ayer que las noticias sobre aumentos de precios no reflejan la realidad y que, al contrario, pueden influir a quienes no estaban enterados para que los apliquen. El funcionario afirmó, además, que las cosas suben y bajan de precio pero que la tendencia de la inflación es a la baja. Ante esta apreciación cabe aclarar dos puntos. El primero es que cuando el secretario dice que la tendencia de la inflación es a la baja, ello no quiere decir que los precios dejen de subir --y menos aún que tiendan a bajar-- sino, simplemente, que suben más despacio. En todo caso, los nuevos incrementos no son imaginarios, como sobradamente lo sabe cualquiera que vaya al mercado, al supermercado o al tianguis a comprar productos básicos.
El segundo punto se refiere a si los incrementos de precios pudieron ser causados por los medios de información, afirmación que lleva implícita una hipótesis novedosa, tanto en el terreno de la teoría económica como en el de la comunicación. Hasta ahora parecía sólidamente establecido que los movimientos de precios generaban noticias. La inversión de esta premisa, es decir, el aserto de que las noticias regulan los precios, obligaría a una compleja readecuación de una noción básica: a la larga los precios están determinados o bien por disposiciones administrativas o bien por lo que en un texto clásico de economía se denomina ``la mano invisible del mercado''; según tal noción, las causas que podrían llamarse ``sicológicas'' --noticias falsas, por ejemplo-- tendrían, en todo caso, un efecto efímero y de corto plazo, excepto en el marco de una economía extremadamente frágil y especulativa; los efectos de una información errónea serían anulados rápidamente por la correlación de la oferta y la demanda, a menos que las prácticas monopólicas distorsionaran el mercado.
De cualquier modo, según el índice de precios del Banco de México, los precios sí suben.
Tal vez haya diferencias en las proporciones, porque estos índices promedian los bienes del gasto familiar con muchos otros que aumentan de precio menos rápidamente; pero los indicadores oficiales dicen que los precios siguen subiendo, aunque más despacio que antes, frente al mismo mes del año anterior, por ejemplo.
Finalmente, si queda claro que los precios sí suben, sea como lo ve la persona que compra en un supermercado, o como lo reflejan los indicadores oficiales, entonces no hay motivo para afirmar que las noticias al respecto son falsas