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México, D.F. martes 5 de octubre de 1999
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UNAM: EL TURNO DE LOS DUROS

SOL Cuando parecía configurarse un entorno propicio para encontrar vías de solución al prolongado conflicto universitario, un grupo de profesores e investigadores eméritos y galardonados, entre los que se encuentran los ex rectores Guillermo Soberón, Octavio Rivero y José Sarukhán, emitió ayer una "recomendación" al Consejo Universitario para que impida la realización de un congreso universitario resolutivo; pidió que no haya desistimiento en las demandas judiciales contra estudiantes huelguistas y apeló al presidente Ernesto Zedillo para que el gobierno proceda a una "aplicación inteligente de la ley" en la UNAM.

Esta reacción inopinada de un sector académico de innegable importancia y peso político dentro de la máxima casa de estudios pone en grave riesgo la gestión que viene realizándose por parte de la Comisión de Contacto del Consejo Universitario para sentar las bases del diálogo con el Consejo General de Huelga (CGH). Diríase incluso que el documento referido constituye una reacción ante los indicios de que el paro derivaba hacia un inicio de arreglo; que ante el avance de las posiciones moderadas y conciliadoras de ambos bandos, las tendencias duras de la academia y la burocracia universitarias salen en defensa de fueros e intereses que, al menos en el momento actual, no coinciden con la imperiosa necesidad institucional de la UNAM de resolver el conflicto.

Así, cuando los sectores ultra del CGH empezaban a replegarse ante posturas sensatas y responsables en el seno del movimiento estudiantil, un grupo de fundamentalistas de la Ley Orgánica toma el relevo en la tarea de perpetuar el paro, llevarlo a nuevos grados de descomposición y mantener contra la UNAM una pinza ųentre ultras y durosų que sólo puede tener por resultado el deterioro irremediable de la institución.

El grueso de la comunidad universitaria tiene ante sí el renovado desafío de aislar actitudes extremistas e incitaciones irresponsables a la confrontación como las formuladas ayer por este grupo de académicos ųdistinguidos, por lo demásų y como las que se expresan, con una sospechosa simetría, en los núcleos irracionales del movimiento estudiantil. La UNAM requiere de la apertura de espacios de entendimiento y concertación, no de exhortaciones maximalistas e intolerantes.


AUSTRIA: ULTRADERECHA AL ALZA

SOL En los comicios parlamentarios realizados el domingo pasado en Austria, el ultraderechista Partido Liberal de Austria (FPOE), encabezado por Jörg Haider, se convirtió en la segunda fuerza electoral, al obtener más de 27 por ciento de los sufragios, sólo por debajo del Partido Socialdemócrata (SPOE), que consiguió 33 por ciento, el peor resultado de su historia desde 1945.

El hecho es aterrador porque Jörg Haider es un admirador confeso de los nazis (ha dicho que los integrantes de las genocidas SS eran "hombres de gran carácter") y un promotor de la expulsión de los extranjeros, a quienes considera "criminales" que privan a los austriacos de sus fuentes de empleo y porque, como lo señaló The Times en un comentario editorial, la victoria electoral del FPOE muestra que "los fantasmas del pasado nazi nunca han sido apropiadamente exorcizados en la tierra natal de Hitler".

El temor que el triunfo de los ultraderechistas suscita en diversas capitales, especialmente en Tel Aviv, es, pues, justificado, sobre todo si se considera que Haider y su partido cuentan, a raíz de su elevada votación, con posibilidades reales de formar parte de una nueva mayoría gubernamental en coalición con los democristianos del Partido Popular (OEVP) y que, en el menos negativo de los escenarios, la emergencia del FPOE coloca a Austria ante una crisis institucional.

Más allá de las perspectivas inmediatas, el episodio introduce graves interrogantes sobre la viabilidad, a largo plazo, de otras democracias occidentales, en caso de que las formaciones partidarias ultraderechistas logren triunfos electorales equiparables al de Haider. El caso más preocupante es el de Francia, en donde el Frente Nacional de Jean-Marie Le Pen ha obtenido, en el pasado reciente, significativos avances en las urnas.

Por otra parte, es obligado reconocer que, si bien la expresa admiración de los líderes del FPOE a los nazis no tiene precedente ni equivalente en ninguna otra organización legal de derechas en Europa, las propuestas xenófobas de Haider y su partido, en cambio, no son muy diferentes de las políticas y las prácticas migratorias oficiales de varios gobiernos socialdemócratas, liberales, democristianos o conservadores integrantes de la Unión Europea, como los de Alemania, Francia y Bélgica.


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