Espejo en Estados Unidos
México, D.F. viernes 18 de febrero de 2000
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Editorial

SOBERANIA EN ENTREDICHO

SOL Mayolo Medina Linares, secretario del Sistema Nacional de Seguridad Pública, descartó que exista algún riesgo de espionaje por parte de Estados Unidos en las labores que realiza la Agencia Central de Inteligencia (CIA) para detectar sembradíos de droga en territorio mexicano. Más aún, el funcionario precisó que esa labor se realiza con un programa de cómputo que únicamente detecta enervantes ''a través de calor'', por lo que no es posible obtener otro tipo de información sobre el suelo y el subsuelo mexicanos.

Medina Linares justifica así el que la CIA cuente con un mapa integrado con fotografías satelitales, recién elaborado, que registra las regiones de producción de droga en México, según lo informó el pasado martes Barry McCaffrey, el llamado zar antidrogas de Washington. Sin embargo, la existencia de dicho mapa y las inadmisibles declaraciones del funcionario no sólo confirman que el espionaje sobre el territorio nacional es una realidad, sino también que las autoridades mexicanas aceptan esa práctica con absoluta complacencia.

En nombre de la lucha antidrogas y de la cooperación bilateral, el gobierno ha firmado convenios que ponen en entredicho la soberanía nacional. Con el argumento de que el vecino país cuenta con recursos tecnológicos de gran precisión, se justifica el que Estados Unidos tenga acceso a información de primera mano -considerada, en otros tiempos, de seguridad nacional- sobre los recursos y las condiciones del país, incluso antes de que las propias autoridades mexicanas la conozcan.

Así, con mapas y datos privilegiados sobre los cultivos de amapola, mariguana u otros enervantes, parece cada vez más claro que las estrategias del combate al narcotráfico en México se definen en el Pentágono y en la Casa Blanca. Por desgracia, éste no es el único ámbito en el que las autoridades, lejos de respetar y hacer cumplir el principio de soberanía, lo han soslayado. Recientemente, funcionarios de Defensa de Estados Unidos confirmaron que vigilan las actividades de grupos rebeldes en México y refirieron la existencia de un estudio al respecto.

Este lamentable panorama revela la fragilidad en la que se encuentra el país frente a Estados Unidos y muestra que la lucha antidrogas, tal como se concibe y realiza desde ese país, va mucho más allá que el simple combate a los estupefacientes ilícitos; constituye, de hecho, un instrumento de espionaje, presión, influencia y manipulación en otras naciones; es, en suma, un poderoso y peligroso factor de injerencia.


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