MAS IMPUESTOS PARA LAS MISMAS POLITICAS
La eliminación de la tasa cero del IVA en medicinas y alimentos no incluidos en la canasta básica ha sido, desde hace ya varios años, una iniciativa polémica que ha suscitado el rechazo de vastos grupos sociales que la consideran lesiva tanto para la economía de la mayoría de las familias mexicanas como para la viabilidad de importantes sectores del comercio del país. Ahora, el equipo económico de Vicente Fox ha reconocido que estudia la posibilidad de aplicar esa medida con el objetivo -a decir de los propios foxistas- de incrementar los recursos fiscales destinados a programas sociales, como el Progresa, siempre que se encuentren los mecanismos para "proteger a los más pobres y a las clases medias" de sus posibles efectos perniciosos.
Sin embargo, ha de señalarse que la aplicación de un gravamen de esta naturaleza resultaría perjudicial, en primer lugar, para los consumidores, quienes verían reducido de manera súbita su poder de compra, y para la economía en general, que se vería afectada por una previsible baja en los niveles de consumo y por la presión inflacionaria resultante del aumento de las cargas fiscales.
Además, la imposición de gravámenes a las medicinas y los alimentos, así se excluyan los que componen la canasta básica, afectaría significativamente a los pequeños comerciantes -ya en bastante desventaja frente a las grandes cadenas-, pues les resultaría prácticamente imposible absorber el alza de los precios provocada por la aplicación de nuevos impuestos, a diferencia de los grandes almacenes, que compran considerables volúmenes de mercancías y podrían mitigar el impacto fiscal mediante estrategias comerciales o diversas ofertas y descuentos.
Por otra parte, han de considerarse los efectos políticos, sociales y hasta sicológicos que trae consigo todo aumento de impuestos. Para la mayoría de los mexicanos, que reclaman un cambio efectivo en la manera de gobernar el país, la elevación de impuestos y las alzas del IVA son componentes de un modelo económico que ha enriquecido a unos pocos y empobrecido a la mayoría, que ha ahondado las desigualdades y que ha favorecido al gran capital en detrimento del desarrollo y la justicia sociales.
Mantener las mismas estrategias económicas que han caracterizado a los gobiernos priístas durante los tres últimos sexenios dejaría en claro que el cambio prometido por Fox a la ciudadanía no es sino un relevo de funcionarios, y no la transformación de gran escala que demanda la inmensa mayoría de los ciudadanos. A fin de cuentas, la mejor manera de proteger a los más pobres y a las clases medias, que constituyen el grueso de la población nacional, es abandonar el modelo económico antisocial que ha sido impuesto a los mexicanos.
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