NOVATADAS: BENEFICIO DE LA DUDA
En días pasados, conforme el presidente electo, Vicente
Fox, anunciaba la composición de su equipo de gobierno, salieron
a relucir errores políticos que, a la luz de la falta de experiencia
y ante el margen de buena fe debido a todo régimen que comienza,
acaso puedan considerarse novatadas.
El más preocupante fue, sin duda, la forma en que
el inminente titular del Ejecutivo designó al general Ricardo Vega
García como próximo secretario de la Defensa Nacional, designación
que causó malestar público en la jerarquía castrense.
Sin ignorar el mandato constitucional de subordinación de las fuerzas
armadas al poder civil, es claro que las primeras tienen mecanismos y usos
internos de escalafón y mando que deben ser tomados en cuenta por
el segundo. La no consideración de esas reglas, sumada a maneras
de comunicación poco cuidadosas, generaron una situación
ríspida que habría podido evitarse.
Otro error destacado fue el uso de la poco afortunada
expresión "orden y respeto" para referirse a la parte del equipo
de gobierno responsable de las áreas de defensa, gobierno, procuración
de justicia y seguridad nacional y pública. De manera inevitable,
los términos "orden y respeto", así asociados, evocan un
sistema de valores autoritario, dictatorial, antiguo y, en nuestro país,
porfirista, y la opinión pública los asoció de inmediato
con las ultraderechas políticas y morales cercanas a Acción
Nacional e incluso enquistadas dentro del partido del presidente electo.
Tal vez haya sido un mero descuido retórico, pero el hecho es que
la expresión referida fue leída como un mensaje ominoso por
parte de los sectores democráticos, progresistas, humanistas, libertarios
o simplemente liberales de la sociedad.
Para finalizar, ayer el Senado de la República
dirigió un extrañamiento a Vicente Fox por el hecho de que
éste haya tenido el poco tacto de anunciar la estructura de su gobierno
sin esperar a que el órgano legislativo realizara los procedimientos
de ley para modificar el organigrama gubernamental. Una vez más,
ese desencuentro parece fruto de un descuido o de una falta de experiencia
por parte del equipo que llegará al Ejecutivo el viernes próximo.
En su descargo ha de señalarse que ninguna corriente
política no priísta del país cuenta con antecedentes
y experiencia de gobierno, y que acaso los tropiezos iniciales referidos
sean parte de un aprendizaje necesario e inevitable de los mecanismos del
poder.
Cabe esperar que así sea, que las carencias del
nuevo grupo en el poder sean rápidamente subsanadas y que desarrolle
relaciones más fluidas con la sociedad, con los otros poderes y
con el aparato mismo de la administración pública. |